Por Roberto López
Una frase lleva dándome vueltas en la cabeza desde hace semanas:
“Todo negocio u oficio que lleve comida y techo a una familia es considerado esencial”.
A casi 10 meses del inicio del primer confinamiento, vemos como México sigue luchando contra el enemigo invisible que a muchos les ha quitado la salud y en lamentables casos les ha quitado la vida; traduciéndose en perder a un padre, una madre, un familiar, un amigo o un conocido.
La situación es compleja, no existen protocolos o planes de acción, cada mexicano ha intentado colaborar a su manera. Sin embargo, el tiempo pasa y la paciencia se agota llegando a un punto de quiebre, como el punto que vive actualmente Puebla; ambulantes sin respetar los decretos gubernamentales, tiendas sin respetar el aforo limite, gente saliendo sin cubrebocas.
No se les puede culpar, pues necesitan su trabajo para mantener a sus familias, pero eso no quita que expongan a la ciudadanía e incluso a ellos mismos.
Lo difícil de la situación se puede ver más cerca de lo que creemos, simplemente viendo a las personas vendiendo de puerta en puerta cosas como tablas de cortar, cucharas de madera, sarapes o dulces.
La pandemia nos vino a recordar, como en México tener un trabajo fijo es un privilegio que no muchos tienen y tener un trabajo desde el cual laborar desde casa es una oportunidad que no se debe desaprovechar.
La pandemia a casi un año del primer contagio registrado en México aún no termina, tenemos números aún en ascenso, tanto en contagios como en muertes.
Las medidas se han ido relajando con el paso de los meses haciendo que la emergencia sanitaria sea más tardada y difícil de controlar. Solo queda recordar y exhortar a la reflexión de lo siguiente, la vacuna más efectiva contra el SARSCOV-2 no es la de algún laboratorio europeo, la mejor vacuna y con la cual vamos a poder controlar la pandemia es el seguir las medidas sanitarias pertinentes.
Lavarse las manos constantemente, mantener metro y medio de distancia, usar cubrebocas al salir a la calle, usar gel antibacterial, confinarte voluntariamente en caso de presentar síntomas, acatar las indicaciones de los gobiernos y en medida de lo posible quedarse en casa.
La empatía con los demás es aquello que nos ayudará a salir rápido de esta situación, ayudar al comercio local, preocuparte por la salud de los demás.
Si todo negocio que lleve comida a un hogar es considerado esencial, es labor de todos como sociedad contribuir para que esta emergencia sanitaria acabe lo más pronto posible.
Autor: rlopez_guerra@hotmail.com