En Guanajuato, el icónico balcón del Callejón del Beso, donde los enamorados sellaban su amor, fue cerrado al público.
El cierre del balcón se dio la noche del sábado, esto se debió a que la propietaria de la casa, Norma Luz Gámez denunció “incluso penalmente, el acoso de fotógrafos de esta zona de alta presencia turística en la capital, que se consideran exclusivos para explotar imágenes y no la dejan trabajar a pesar de ser un negocio establecido”.
Según se lee en la propia pancarta que ella colocó, está cansada de los “abusos” que los fotógrafos cometen en este lugar, norma Luz Gámez, quién es la dueña del balcón afirmó haber recibido incluso agresiones por parte de un grupo de fotógrafos quienes decidieron crear su negocio a costa de su propiedad privada.
Ha trascendido que este grupo de 8 fotógafos hostigan e incluso violentan a las personas que no desean contratar sus servicios pues deciden tomar las fotos con su propio celular.
«Comenzaron a hostigar a mi personal, palabras verbales, siempre denostando nuestro trabajo, de hecho los jóvenes que trabajan conmigo, la mayoría son estudiantes y ellos dependen económicamente para sus carreras de este lugar», dijo Gámez.
La propietaria del inmueble histórico dio los siguientes motivos por los cuales decidió cerrar el icónico balcón del Callejón del Beso.
- Oídos sordos de las autoridades ante peticiones y demandas, en especial aquellos sobre acoso y violencia contra el personal del balcón haciendo énfasis a las mujeres trabajadoras.
- Hartazgo ante la impunidad e injusticia, ya que a pesar de las denuncias penales existentes ante el Ministerio Público y las autoridades regulatorias nada ha cambiado.
- Los estragos causados en la salud tanto física como mental, debido a los ataques verbales y físicos, el estrés causado y las constantes incidencias que han afectado de manera continua el bienestar del personal.
- La desigualdad de oportunidades para la oferta y promoción de sus productos, que ponen a la propietaria y generan una desventaja económica muy grande.
- El hostigamiento al turista y la falta de información a la clientela que genera confusión y enojo a los mismos, llegando a causar conflictos.
Los fotógrafos de la zona rechazaron los señalamientos y manifestaron que se trataba de un conflicto económico sobre la toma de fotografías en el Callejón del Beso.