En la junta auxiliar de Ocotlán, en el municipio de Chichiquila, se le dió el último adiós a la pequeña Brenda de 4 años de edad, quien fue enterrada luego de que el pasado lunes, dos vecinos, adictos a la droga, la raptaran, violaran y asesinaran con extrema violencia.
Alrededor de 500 habitantes acudieron al panteón para despedirse de la niña e incluso familiares de uno de los agresores se presentaron para pedir perdón y dar el pésame, asegurando que si es culpable su familiar, deberá pagar por sus acciones.
La niña de apenas 4 años de edad fue velada en casa de su abuela acompañada de flores, globos y veladoras. Habitantes de todas las edades acudieron al funeral donde recordaban a Brenda jugando con sus hermanas y primos.
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Al ser una comunidad tranquila, sin violencia, los vecinos permitían que Brenda y sus primos salieran a la calle a divertirse y a comprar dulces a la tienda propiedad de un familiar, la cual se encontraba tan solo al cruzar la calle.
El pasado lunes, la abuela de Brenda le dio dinero para poder ir a comprar dulces a la tienda; sin embargo, en un instante, la pequeña ya no se encontraba en la tienda, por lo que comenzaron a buscarla tanto sus familiares como los pobladores. Lamentablemente, en un paraje cercano a la casa de su abuela, encontraron el cuerpo de la niña de 4 años con huellas de violación y extrema violencia.
“Fue un acto atroz, esto nunca había pasado aquí, todos en esta calle somos familia, la gente es muy tranquila (…), a Brenda la mataron de una forma tan terrible que la familia está destrozada, la nena estaba irreconocible y por eso al principio no creíamos que fuera ella”, asegura una vecina.
Los habitantes responsabilizan a Mauricio N y Antonio N, de 19 y 20 años de edad luego de que presuntamente, familiares encontraran entre las cosas de uno de ellos, ropa de Brenda, la cual se encontraba manchada de sangre. Ante este descubrimiento, los pobladores acudieron a las viviendas de los jóvenes donde buscaban sacarlos y quemarlos vivos; sin embargo, las autoridades llegaron y los rescataron para después ser detenidos.
Ambos jóvenes eran vecinos cuya única amistad era debido al consumo de drogas. Una de las madres de los detenidos se deslindó de lo ocurrido, pidiendo perdón pro el crimen y asegurando que no intervendrán en el asunto jurídico en caso de encontrar a su familiar culpable.
Los habitantes también aseguran que el presidente municipal Pablo Galindo Hernández, no se ha solidarizado con la familia e incluso ni siquiera se ha acercado a apoyarlos. Han sido los propios vecinos quienes les han brindado despensas y apoyo moral a los familiares de Brenda.
“El presidente ni siquiera se acercó, pero eso sí, cuando quiere el voto para él o para sus familiares, hasta casa por casa anda este tipo, el cual se reeligió por parte del PRI”, aseguraron los vecinos de Ocotlán.
Cuatro mujeres llevaron el ataúd de Brenda con globos que decían “ni una más”. Alrededor de 500 personas acompañaron el cortejo fúnebre hasta la iglesia donde se realizó una misa con cuerpo presente.
Tras los actos religiosos, los restos de la pequeña fueron llevados al panteón de la zona, acompañado de globos, cartulinas y lonas con exigencias como: “yo soy listón verde, los niños no se tocan, ni se violan, no se matan, apoyo por tus hijos y los míos”, “alzamos la voz para no más asesinatos como sucedió con la pequeña Brenda”, “Queremos justicia y más vigilancia en Chichiquila y su comunidad. Alto a la Violencia”.
Hasta el momento, la madre de Brenda no ha brindado alguna declaración luego de que la propia Fiscalía General del Estado de Puebla le solicitara no hablar del tema y dejar en manos de las autoridades el caso.
Finalmente, entre aplausos y música de banda, la pequeña Brenda fue enterrada y ahora descansa en paz. Respecto a los detenidos, continúan a disposición del agente del Ministerio Público y se espera que en las próximas horas sean presentados ante un juez de control para resolver si situación legal.