Los restos del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi fueron llevados a incinerar este jueves por su pareja, Marta Fascina, y por otros familiares.
Las exequias del político, fallecido el lunes a los 86 años debido a una leucemia, tuvieron lugar en el “Duomo”, la catedral de la capital lombarda, presididas por el arzobispo Mario Delpini.
El féretro del magnate fue transportado en un coche funerario hasta un crematorio en la localidad de Valenza (norte), entre las regiones de Lombardía y Piamonte, escoltado por la policía y recibido por decenas de admiradores.
Berlusconi recibió un funeral de Estado en la catedral de Milán, ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, la primera ministra, Giorgia Meloni, apoyada por su partido, Forza Italia.
Sus cenizas, según los medios, serán custodiadas en el mausoleo que el magnate hizo construir en el jardín de su villa en Arcore, la residencia desde la que gestionaba su imperio.