Gabriela García
Este 2021, el miércoles de ceniza se llevó a cabo de una manera diferente, pues se tuvo que modificar el rito para evitar más contagios de coronavirus en Puebla.
A diferencia de años anteriores, en esta ocasión la imposición del signo de la cruz en los templos poblanos se realizó con sana distancia y sin decir nada, pues los sacerdotes tomaron la ceniza y la dejaron caer sobre la cabeza de cada uno de los fieles.
Al mismo tiempo, hubo feligreses que realizaron el ritual en sus hogares con sus familiares y siguiendo las misas a través de redes sociales.
En la Catedral de Puebla, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis, Tomás López Durán, encabezó la misa de miércoles de ceniza que marca el inicio de la cuaresma, tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua.
López Durán llamó a los poblanos a comenzar una etapa de reflexión que se traduzca en una conversión personal para brindar apoyo a las personas con más necesidades y para contrarrestar el egoísmo en tiempos de pandemia.
Los fieles católicos recordaron que la ceniza es una señal de arrepentimiento y penitencia, recordando que la vida es temporal y que en algún momento se morirá, como ahora se repite por la pandemia del covid-19, con la esperanza de una vida eterna.