Uno de cada tres trabajadores en México vive en pobreza laboral, revela INEGI

La pobreza laboral en México sigue siendo uno de los principales retos económicos y sociales del país. Este indicador, que refleja la incapacidad de la población para adquirir la canasta alimentaria con el ingreso obtenido exclusivamente de su trabajo, mostró un ligero aumento en el segundo trimestre de 2025, lo que revela que tener un empleo no garantiza salir de la pobreza.

De acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, la tasa de pobreza laboral subió de 35.0% a 35.1% a nivel nacional. Esto significa que más de uno de cada tres trabajadores en México no obtiene ingresos suficientes para cubrir la alimentación propia o de su familia.

Trabajo pago
La pobreza laboral se refiere a las personas tienen empleo, pero sus ingresos laborales no alcanzan para cubrir la canasta básica alimentaria

Diferencias urbano-rurales

La brecha entre el campo y la ciudad persiste. En el ámbito rural, la pobreza laboral aumentó 1.5 puntos porcentuales, pasando de 47.6% a 49.1%, mientras que en las zonas urbanas disminuyó levemente, al pasar de 30.9% a 30.8%.

Estados con mayores y menores niveles

Los datos revelan una marcada desigualdad entre entidades federativas:

  • Chiapas: 62.5%
  • Oaxaca: 59.2%
  • Guerrero: 55.3%

En contraste, los estados con menores porcentajes son:

  • Baja California Sur: 12.9%
  • Quintana Roo: 18.0%
  • Baja California: 19.7%

Algunas entidades como Quintana Roo y Guanajuato han mostrado avances, mientras que los rezagos persisten en regiones históricamente marginadas.

Informalidad y desigualdad de género: causas estructurales

Uno de los principales factores asociados a la pobreza laboral es la informalidad, que alcanzó 54.8% en el segundo trimestre de 2025. Quienes trabajan en la informalidad reciben ingresos más bajos y carecen de seguridad social, lo que los hace más vulnerables.

En cuanto a la brecha de género, el problema se acentúa: la pobreza laboral afecta a 37.3% de las mujeres frente a 32.7% de los hombres. La informalidad también golpea más fuerte a las mujeres (55.3%) en comparación con los hombres (54.5%), lo que refleja una desigualdad persistente en el mercado laboral.

Implicaciones sociales y económicas

La pobreza laboral plantea un desafío estructural: el empleo dejó de ser sinónimo de bienestar o dignidad. Aunque México ha registrado un crecimiento real de los ingresos desde 2019, con avances en el salario mínimo y en comparación con países de la OCDE, estos esfuerzos aún no son suficientes.

Actualmente, el 75% de los trabajadores perciben entre uno y tres salarios mínimos, lo que dificulta cubrir el costo de la canasta básica y limita las posibilidades de movilidad social.

Acciones necesarias

Expertos destacan que para enfrentar este problema se requieren medidas integrales:

  • Formalización del empleo: incluir en la seguridad social a trabajadores informales, domésticos, agropecuarios y de plataformas digitales.
  • Impulso al ingreso real: fortalecer salarios que permitan cubrir necesidades básicas.
  • Equidad de género: reducir la brecha salarial, promover la participación femenina y consolidar un sistema nacional de cuidados.
  • Atención territorial: invertir en infraestructura y oportunidades laborales en estados rezagados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

La pobreza laboral, que afecta al 35.1% de la población ocupada en México, evidencia que el simple hecho de tener empleo no garantiza bienestar. Sin reformas estructurales urgentes, millones de trabajadores seguirán atrapados en un ciclo de precariedad que impacta no solo a sus familias, sino al desarrollo económico del país.

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