El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado en varias anunció que quiere reabrir la prisión de Alcatraz, la infame cárcel ubicada en una isla de la Bahía de San Francisco que albergó a algunos de los criminales más notorios del país.
“Ordeno a la Oficina de Prisiones, junto con el Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, que reabra un Alcatraz sustancialmente ampliado y reconstruido para albergar a los delincuentes más violentos y despiadados de Estados Unidos”, escribió el presidente en Truth Social.
¿Por qué reabrir Alcatraz?
Trump ha argumentado que la reapertura de Alcatraz serviría como un fuerte mensaje de “mano dura” contra el crimen, proporcionando una instalación de máxima seguridad para criminales peligrosos y terroristas. En sus declaraciones, ha evocado la imagen de Alcatraz como una prisión de la que “nadie escapa”, reforzando la idea de una justicia implacable.
“Ya no seremos rehenes de criminales, matones y jueces que temen hacer su trabajo y nos permiten expulsar a delincuentes que ingresaron ilegalmente a nuestro país. La reapertura de Alcatraz será un símbolo de ley, orden y justicia”, detalló.
Desafíos y controversias
La propuesta de reabrir Alcatraz enfrenta numerosos desafíos logísticos y financieros. La isla carece de infraestructura moderna para una prisión de alta seguridad, lo que requeriría una inversión considerable. Además, la ubicación aislada dificultaría el acceso para el personal y los suministros.
Desde una perspectiva legal y ética, la reapertura de Alcatraz también plantea interrogantes. Algunos expertos cuestionan si la prisión cumpliría con los estándares modernos de derechos humanos y si sería una solución efectiva para combatir el crimen.
El legado de Alcatraz
Alcatraz operó como prisión federal de 1934 a 1963. Su reputación como una cárcel inexpugnable, aunque en parte mito, la convirtió en un símbolo de castigo severo. Entre sus reclusos más famosos se encuentran Al Capone, George “Machine Gun” Kelly y Robert Stroud, conocido como “El Pajarero de Alcatraz”.
Hoy en día, Alcatraz es una popular atracción turística, atrayendo a miles de visitantes cada año. La idea de convertirla nuevamente en prisión ha generado opiniones encontradas, con algunos argumentando que se perdería un importante sitio histórico.
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