El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó su intención de poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, una medida que afectaría directamente a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en el país. En una entrevista reciente, Trump anunció que, desde el primer día de su mandato, emitirá órdenes ejecutivas para eliminar este derecho, argumentando que es una “recompensa” para quienes ingresan ilegalmente al país.
“Se tiene que hacer”, declaró el presidente electo Trump, después de que le preguntaran si planeaba deportar a “todos los que estén aquí ilegalmente” durante su mandato de cuatro años.
Reiteró que quiere deportar a los inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país durante su mandato de cuatro años, pero quiere un acuerdo a futuro para proteger a los llamados inmigrantes “Dreamers”, dijo en una entrevista.
La Ciudadanía por Nacimiento, establecida en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, otorga la nacionalidad a todas las personas nacidas en territorio estadounidense, independientemente del estatus migratorio de sus padres. Trump ha calificado esta práctica como una “locura” y ha señalado que su administración buscará reinterpretar o modificar esta enmienda para restringir el acceso a la ciudadanía.
Además, Trump proetió intensificar los esfuerzos para investigar y desnaturalizar a ciudadanos estadounidenses naturalizados, especialmente aquellos que hayan cometido fraude durante su proceso de naturalización. Esta iniciativa, que comenzó durante su primer mandato, se reactivará con mayor fuerza, según declaraciones de su asesor Stephen Miller.
Estas propuestas han generado preocupación entre defensores de los derechos civiles y comunidades inmigrantes, quienes argumentan que tales medidas podrían violar principios constitucionales y exacerbar la división social. Expertos legales señalan que modificar o reinterpretar la Decimocuarta Enmienda requeriría un proceso complejo y enfrentaría numerosos desafíos judiciales.
La administración entrante también ha puesto en la mira a las llamadas “ciudades santuario”, jurisdicciones que limitan su cooperación con las autoridades federales de inmigración. Trump ha descrito estas ciudades como zonas sin ley y ha amenazado con retener fondos federales para obligarlas a colaborar con las políticas migratorias de su gobierno.
En su campaña había prometido Trump ofrecer ciudadanía a los “Dreamers”
En contraste, durante su campaña, Trump había sugerido la posibilidad de ofrecer una vía hacia la ciudadanía para los “Dreamers”, jóvenes inmigrantes traídos al país durante su infancia. Sin embargo, las recientes declaraciones indican un endurecimiento de su postura migratoria, generando incertidumbre sobre el futuro de estos jóvenes y de millones de inmigrantes en Estados Unidos.
La implementación de estas políticas podría tener profundas repercusiones sociales y económicas, no solo para los afectados directos, sino también para la sociedad estadounidense en su conjunto.
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