Trofología, el arte del buen comer

¿Qué es la Trofología?
Es el estudio de la correcta selección, preparación y combinación de los alimentos, de tal forma que exista una adecuada digestión y correcta asimilación de los nutrientes con el objetivo de obtener un estado óptimo de salud.

Las personas autodenominadas trofólogos te ayudan a saber en qué orden comer en las distintas ingestiones diarias, cómo mezclar alimentos y cuáles de sus características se pueden utilizar como factores de medicina preventiva.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Trofología, esta disciplina se sustenta en lo siguiente:

  1. Conservar una buena y rápida digestión.
  2. Mantener el organismo lo más cerca de 7.4 pH.
  3. Desintoxicarse periódicamente

La base para conseguir estos objetivos es llevar una dieta alcalina rica, tanto en cantidad como en calidad, en frutas, verduras, granos y semillas (de 50 a 80% crudos) y que sean ingeridos en combiaciones correctas. Por combinaciones correctas me refiero a que la dieta ideal es la monodieta (un alimento a la vez). De esta manera el organismo tiene una máxima asimilación sin dificultad alguna, lo que significa un bajo costo de energía aplicado a la digestion.

Si te das cuenta, ningún otro ser viviente ingiere más de un alimento en una comida.

Sólo el ser humano ha creado intrincadas y elaboradas combinaciones que lo único que promueven es la formación de toxinas, indigestion, un desgaste tremendo de energía y acidez en nuestro organismo. Sin embargo, la trofología no busca que todas nuestras comidas contengan un sólo alimento sino que aprendamos y apliquemos combinaciones que fomenten una adecuado metabolismo.

Existen dos tipos distintos de digestión: una ácida para proteínas (carne, pesado, huevo, queso, etc.) y una alcalina para carbohidratos (azúcares y almidones). Todos los fisiólogos concuerdan que las proteínas son digeridas por el ácido gástrico en el estomago, que tiene una reacción ácida. Los componentes principales del ácido gástrico son el ácido clorhídrico y la pepsina, ambos desdoblan las proteínas en un medio ácido. Esto significa que el estomago debe tener un pH ácido para poder digerir proteínas.

Los carbohidratos, por otra parte, son digeridos por secreciones pancreáticas en el intestino delgado, más no en el estómago, y éstas tienen un pH alcalino. Uno de los constituyentes principales de las secreciones pancreáticas es la amilasa, que desdobla los carbohidratos siempre y cuando exista un medio alcalino. En su trayecto del estómago al intestino delgado, los carbohidratos no sólo inhiben la secreción del ácido clorhídrico y de la pepsina sino que también se mezclan con el ácido clorhídrico libre que se encuentra ahí. Las papilas gustativas son detectores ubicados en nuestra lengua que reconocen la composición de los insumos y ordenan la secreción el medio digestivo adecuado. 

Imagínate que te estás comiendo una hamburguesa, sus papilas van a detectar un insumo proteíco junto con uno feculento y van a mandar señales químicas requiriendo el pH adecuado para el desdoblamiento de ambos y, por lo tanto, se van a segregan los dos: el ácido y el alcalino. En química, es un principio básico que cuando se mezcla un ácido con un álcalino se neutraliza la solución. Los alimentos no se digieren y se fermentan/pudren lentamente en el estomago prolongando su tiempo de tránsito, a lo que llamamos indigestión, causando gas, toxinas y un consumo excesivo de energía. 

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La nutrición convencional argumenta que la trofología no cuenta con bases sólidas y que estos principios no se pueden poner en práctica puesto que absolutamente todos los alimentos contienen todos nutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas. Esto en parte es verdad, no obstante la trofología se refiere a los grupos de alimentos que son predominantemente proteína, carbohidratos o grasa.

Por ejemplo: una porción de carne de carne de res contiene 23 gr de proteína, 9 gr de grasa y 0 gr de carbohidratos; una porción de papas contiene 7 gr de proteína, 0 gr de grasa y 63 gr de carbohidratos; mientras que una porción de aceite de oliva contiene 0 gr de proteína, 216 gr de grasa y 0 gr de carbohidratos. 

Así pues, las principales combinaciones que de acuerdo a la trofología deben evitarse son las siguientes:

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Cómo combinar tus alimentos trofológicamente correcto.

– Proteína + carbohidrato: como queso con tortilla y por las razones previamente expuestas.


– Proteína + proteína: como leche y carne; aunque requieren del mismo medio ácido, ingerir 2 proteínas a la vez representa demasiada exigencia digestiva.


– Carbohidrato y ácido: como cereal y jugo de naranja puesto que el ácido interrumpe la secreción de ptialina (amilasa salivar) en la boca que es necesaria para la digestion de los almidones. 


– Proteína + azúcar: como bistec y postre; los azúcares inhiben la secreción de jugos gástricos.


– Leche: si la vas a consumir hazlo con el estomago vacío y sola. 


– Frutas:

-No deben mezclarse con ningún otro alimento (a excepción de verduras de hoja verde), sólo entre ellas y cómelas con el estomago vacío. Dentro de las frutas encontramos las ácidas, subácidas y dulces. Las frutas subácidas (peras, duraznos, etc.) van bien con las ácidas (toronja, fresas, etc.) y dulces (plátano, dátiles, etc.), pero las ácidas y dulces no combinan entre sí.
– Melones: cómelos solos y con el estómago vacío ya que pasan tan rápido del estomago al intestino delgado que si son mezclados con otros alimentos se fermentarán. Puedes, sin embargo, combinar los distintos tipos de melones entre sí como es el caso del melón el chino con la sandía. 

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No sólo somos lo que comemos, sino lo que asimilamos y eliminamos.

De poco sirve consumir grandes cantidades de alimentos ricos en nutrientes esenciales si los mezclamos con otros alimentos que interfieren en su adecuada digestion y, por lo tanto, impiden que nuestro organismo los utilice eficientemente y se creen toxinas. 

Es bien sabido que muchas enfermedades se deben a deficiencias de nutrientes esenciales. Estas deficiencias producen degeneración en los tejidos que, a su vez, disminuyen la resistencia del organismo. Es entonces que nuestro cuerpo se convierte en un medio ideal para la proliferación de infecciones y el desarrollo de otras enfermedades. 

Aunque el tema de las combinaciones parezca confuso y complicado al principio, con el tiempo se volverán un hábito.

Te sorprenderá lo fácil que es mantener/perder peso, desintoxicar tu organismo, elevar tus niveles de energía y, sobre todo ya que nos enfocamos en la belleza, lograr un cutis y cabello radiantes.

Información proporcionada por el  Instituto Nacional de Trofología (iNat)