El número de víctimas mortales tras el terremoto de magnitud 6.9 que sacudió la región central de Filipinas ha escalado a 69 personas, con al menos 200 heridos confirmados por las autoridades.
El sismo, registrado durante la noche, sorprendió a la población en sus hogares y ha dejado un rastro de destrucción, lo que hace temer que la cifra de fallecidos aumente conforme avanzan las labores de rescate.
Ciudades devastadas y operaciones de rescate
Las provincias y ciudades más afectadas se concentran en la isla de Cebú, epicentro de la tragedia. La ciudad de Bogo es una de las más golpeadas, donde se ha registrado aproximadamente la mitad de los decesos.
Búsqueda desesperada, equipos de rescate, apoyados por maquinaria pesada y trabajando con focos en la oscuridad, se afanan en buscar sobrevivientes entre las losas de hormigón, madera rota y escombros.
Funcionarios de la Oficina de Defensa Civil han calificado la situación como la “fase crítica de búsqueda y rescate”, debido a los reportes de un número no especificado de personas que quedaron atrapadas.
Respuesta de autoridades
El Gobierno provincial de Cebú ha decretado el estado de calamidad para movilizar de forma expedita los recursos necesarios, garantizar la asistencia médica a los heridos —que han saturado los hospitales— y aplicar medidas de rehabilitación.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. expresó sus condolencias y pidió a la población mantenerse alerta ante posibles réplicas. El Gobierno central está evaluando la posibilidad de solicitar ayuda a gobiernos extranjeros ante la magnitud del desastre.
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