Una de las bandas más influyentes de los 80s (a pesar de sus diferentes géneros en los que ha participado) es “Simple Minds”. Necesitaron de un solo éxito para posicionarse entre los grandes y lo hicieron con una canción que no estaba destinada para ellos y que rechazaron cuando se las ofrecieron por primera ocasión.
Aparecen por primera vez en Glasgow, Escocia en 1977 como un grupo de amigos de la escuela católica Holyrood bajo el nombre de “Johnny and the Self-Abusers” (uno de los primeros grupos punk escoceses). Tres de ellos abandonan el grupo y con la influencia de una canción de David Bowie, “Jean genie”, toman dos palabras de la letra de la canción y se nombran “Simple Minds”.
Los tres amigos son Jim Kerr (voz), Charlie Burchill (guitarra, violín y saxofón) y Brian McGee (batería). Kerr y Burchill son de los duetos más sólidos de la historia y siguen creando. Eventualmente agregaron a Tony Donald en el bajo (pero duró muy poco y su lugar lo tomó Derek Forbes) y Mick McNeil en los sintetizadores.
Un día como hoy de 1985, “Simple Minds” llegaba al número uno de las listas norteamericanas con la canción “Don’t you forget about me” y permaneció en ese lugar por tres semanas. La canción aparece al inicio y al final de la película “The breakfast club” pero es el canal de videos MTV quien se encarga de impulsarla para ubicar a “Simple Minds” en un lugar privilegiado en la historia de la música. En el Reino Unido sólo llegó a la posición siete.
La canción no aparece en ningún larga duración, hay que llegar a las recopilaciones de éxitos para tenerla incluida en material del grupo. Vendió 6.5 millones de copias y está incluida en la lista de los 100 sencillos más vendidos de la historia.
Los compositores son Keith Forsey y Steve Schiff, se la ofrecieron a Cy Curnin de “The Fixx”, a Bryan Ferry y a Billy Idol, no la quisieron y entonces surgió la opción de “Simple Minds”, quienes también se negaron y tuvieron que ser persuadidos por su sello discográfico para hacerlo. De mala gana, pero la canción estuvo lista en tres horas.
Éste es el poder de “Don’t you forget about me”: