En un precedente judicial sin precedentes para el estado de Puebla, dos hombres, identificados como Juan Carlos “N” y Juan Carlos “N”, han sido sentenciados a penas de prisión por delitos contra la biodiversidad y el medio ambiente. La condena se deriva de actos de desmonte ilegal y cambio de uso de suelo en un predio forestal ubicado dentro de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, un Área Natural Protegida (ANP) de vital importancia ecológica en el municipio de Tehuacán. Este fallo subraya el compromiso de las autoridades por combatir el daño ambiental y proteger el patrimonio natural del estado.
Un ataque a la biodiversidad: Los hechos en La Meseta de San Lorenzo Teotipilco
El delito ambiental que llevó a esta sentencia histórica fue perpetrado el 15 de marzo de 2024 en una zona conocida como “La Meseta” de San Lorenzo Teotipilco, en el municipio de Tehuacán. Este lugar se encuentra dentro del polígono de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, una de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) más significativas del país, reconocida por su biodiversidad única y su riqueza de especies endémicas.
Ambos implicados, que casualmente comparten el mismo nombre de pila, Juan Carlos “N”, fueron detenidos en flagrancia mientras realizaban actividades de desmonte ilegal y alteración del ecosistema. En el momento de su aprehensión, estaban utilizando maquinaria pesada, específicamente una retroexcavadora, para remover la vegetación forestal del predio. Esta acción, que implica un cambio de uso de suelo en terreno forestal sin la autorización correspondiente, representa un grave daño al ambiente y al equilibrio ecológico de una zona protegida.
La Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán es un tesoro natural que alberga una diversidad biológica excepcional, incluyendo especies de flora y fauna únicas. El desmonte y la alteración de su ecosistema no solo destruyen hábitats críticos, sino que también contribuyen a la pérdida de biodiversidad, la erosión del suelo y la alteración de ciclos hidrológicos, afectando a largo plazo la salud del planeta y la calidad de vida de las comunidades.

La colaboración interinstitucional y el proceso judicial
La detención de los dos individuos en flagrancia fue el primer paso de un proceso judicial que culminó en esta sentencia ejemplar. En este caso, fue fundamental la colaboración interinstitucional entre diversas dependencias federales y estatales encargadas de la protección ambiental y la procuración de justicia.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Fiscalía General de la República (FGR) trabajaron de manera conjunta en la integración de la carpeta de investigación. Estas instituciones aportaron pruebas técnicas, peritajes ambientales y testimonios que fueron cruciales para sustentar la acusación contra los acusados durante el juicio.
La eficacia de esta colaboración demuestra el fortalecimiento de las estrategias para combatir los delitos ambientales. Durante el proceso judicial, un juez federal valoró las evidencias presentadas y determinó la responsabilidad de ambos Juan Carlos “N” en los delitos contra la biodiversidad. La sentencia fue emitida el 20 de junio de 2025, marcando un hito en la justicia ambiental de Puebla.
Las penas impuestas: Cárcel, multas y reparación del daño
La condena impuesta a los dos hombres refleja la gravedad de los delitos ambientales cometidos en un Área Natural Protegida. Las sentencias son las siguientes:
- Primer acusado (Juan Carlos “N”):
- 2 años y 1 mes de prisión.
- Una multa de 235 mil 271 pesos.
- La suspensión de sus derechos civiles y políticos.
- Una amonestación.
- El pago de 30 mil pesos por concepto de reparación del daño ambiental.
- Segundo acusado (Juan Carlos “N”):
- 3 años, 7 meses y 17 días de prisión.
- Una multa de 225 mil 282 pesos.
- La suspensión de sus derechos civiles y políticos.
- El pago de 338 mil 168 pesos como compensación por los daños causados al ecosistema.
Estas penas no solo buscan castigar a los responsables, sino también disuadir a otras personas de cometer delitos ambientales. La imposición de multas elevadas y el pago de una indemnización por daños buscan resarcir, en la medida de lo posible, el impacto negativo en el ecosistema.

Un precedente judicial crucial para la protección ambiental
Esta condena histórica en Puebla establece un precedente judicial crucial para la protección ambiental en el estado y en todo México. Anteriormente, muchos delitos de cambio de uso de suelo ilegal en Áreas Naturales Protegidas quedaban impunes, lo que fomentaba la impunidad y la degradación ecológica.
El fallo demuestra que las autoridades están decididas a aplicar la ley con rigor en casos de daño ambiental, especialmente cuando afectan zonas de alto valor ecológico como la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán. Este tipo de sentencias son fundamentales para fortalecer el marco legal de protección de la biodiversidad y para enviar un mensaje claro de que los recursos naturales deben ser respetados y conservados.
La lucha contra la deforestación y la degradación ambiental es una tarea constante que requiere la colaboración de gobierno, sociedad civil y sector privado. Esta sentencia es un avance significativo en esa dirección y una señal de esperanza para quienes defienden el patrimonio natural de Puebla y del país. Se espera que este caso sirva de ejemplo y fomente una mayor conciencia sobre la importancia de la conservación de las Áreas Naturales Protegidas.
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