La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ) investiga si existe red dedicada al hurto de osamentas; Iztapalapa destituye a titular del sitio; usarán drones para vigilar
Los primeros peritajes realizados por especialistas revelan que, presuntamente, los profanadores ingresaron por la parte trasera del camposanto, donde una barda caída les facilitó el acceso.
Algunos de los trabajadores del panteón de San Lorenzo en Iztapalapa denunciaron que la exhumación y robo de cuerpos de ese lugar, son constantes debido a que la barda perimetral presenta derrumbes en varios puntos.
Las autoridades no descartan que empleados o extrabajadores del lugar pudieran formar parte de una red que se dedica al robo de cadáveres y osamentas en panteones del oriente de la Ciudad, esto principalmente porque el lugar es muy grande y “pocos conocen” el lugar destinado a los menores que son enterrados ahí; además de que se determinó que el cadáver de Tadeo fue robado un día después del sepelio.
Los primeros peritajes realizados por especialistas revelan que, presuntamente, los profanadores ingresaron por la parte trasera del camposanto, donde una barda caída les facilitó el acceso.
Una de las principales hipótesis que se plantean los agentes de investigación para la resolución de este caso es que, posiblemente, el cuerpo del menor fue utilizado para realizar actos de brujería o santería, incluso, se busca recabar información para ubicar a las personas que “vendieron” el cadáver del bebé en el mercado negro, donde se sabe, para un acto así se puede invertir de 10 a 20 mil pesos.
En este sentido, también llamó la atención de las autoridades que el cuerpo fue enterrado a sólo un metro de profundidad, lo que facilitó a los profanadores extraer cadáver en minutos y sin mucho esfuerzo, lo que refuerza la versión de que posiblemente los empleados del panteón proporcionaron información, o incluso, facilitaron esta situación.
Con información de El Universal