La Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Hospital de Traumatología y Ortopedia Número 21 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Nuevo León, reimplantaron el pulgar de un menor de dos años, luego de que un abanico metálico le arrancara el dedo.
Fue el pasado 4 de mayo cuando el hospital recibió a Arturo, un bebé del municipio de Juárez, que había sufrido el desprendimiento de su dedo pulgar cuando se le enredó en una cortina y se atoró con las aspas de un abanico.
El equipo de Cirugía Plástica reconstructiva del Hospital de Traumatología y Ortopedia, encabezado por el doctor Miguel de la Parra Márquez, unió arterias, venas, tendones, hueso y nervios con suturas milimétricas.
De acuerdo a un comunicado de la institución, el dedo fue arrancado con el tendón, causando dificultad para unir las zonas dañadas, explicó el doctor De la Parra.
Al ser un niño de tan poca edad, sus venas y arterias tienen un tamaño más pequeño, por lo que reparar el daño tiene un grado mayor de complejidad, ya que se deben unir sin que se tapen. Un especialista del IMSS mencionó que, en el caso de Arturo, se unieron tendones de flexión y de extensión, así como el hueso.
El trabajo quirúrgico, que se llama supramicrocirugía, duró seis horas, y se realizó con el uso de un microscopio al máximo aumento, utilizando suturas ultrafinas con un hilo transparente.