El papa Francisco condenó lo ocurrido en Bucha, Ucrania como una de las crueldades más horrendas, al encontrarse el fin de semana varios cuerpos esparcidos por las calles tras la retirada de las fuerzas rusas.
Al terminar la audiencia general, el pontífice destacó “las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania, en lugar de traer alivio y esperanza, atestiguan en cambio nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha, horrendas crueldades contra civiles, mujeres y niños indefensos”.
Y agregó que “son víctimas cuya sangre inocente clama al cielo e implora, que se ponga fin a esta guerra, que se silencien las armas, que se deje de sembrar muerte y destrucción”, al tiempo de pedir a los fieles rezar por ello.
Posteriormente el papa mostró una bandera ucraniana y destacó que provenía de la guerra, de la ciudad de Bucha, e invitó a subir a unos niños ucranianos que recién habían llegado a Italia “estos niños han tenido que huir y llegar a una tierra extraña, esto es uno de los frutos de la guerra”.
Finalmente señaló que “en la actual guerra en Ucrania, asistimos a la impotencia de la Organizaciones de las Naciones Unidas” y reiteró de nueva cuenta su agradecimiento al pueblo polaco por la acogida a refugiados.