El Lunes sin carne es un movimiento internacional que busca que las personas disminuyan su consumo de alimentos de origen animal por el bien de su salud y del planeta.
¿Por qué los lunes?
Al ser el inicio de la semana, es un día en el que generalmente nos detenemos a pensar nuestras opciones para los siguientes días y es cuando establecemos los propósitos semanales. Si empezamos con una dieta nutritiva, es más probable que continuemos así el resto de la semana.
Lo principal es la salud
Varios estudios han comprobado que, reducir nuestro consumo de carne podría traernos varios beneficios a la salud. Especialmente en la reducción de enfermedades crónicas prevenibles.
Ciertos tipos de cáncer, como el de colón, están asociados con el consumo de carne roja. En cambio se ha demostrado que llevar una dieta rica en vegetales y frutas, reduce el riesgo de desarrollar cáncer. Reducir el consumo de grasas saturadas, ayuda a reducir los niveles de colesterol y por lo tanto a prevenir enfermedades cardiovasculares.
En su mayoría, las personas que siguen una dieta con bajo consumo de carnes o una dieta vegetariana, presentan menor peso corporal y menor índice de masa corporal. Una dieta a base de plantas, es una excelente fuente de fibra, elemento ausente en productos de origen animal. La fibra es la que ayuda a que te sientas lleno, y logres consumir menos calorías.
El Lunes sin Carne o Meatless Monday (como se le conoce en inglés) es una iniciativa que nació en 2003 por The Monday Campaigns Inc. en asociación con el Centro de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg School for a Livable Future, en Estados Unidos.
Se eligió el lunes para alentar a las personas a tomar decisiones más saludables y cambiar hábitos de vida y es el comienzo de cada semana laboral. Según esta iniciativa, el lunes es el día en que las personas se acostumbran a su rutina semanal; por el contrario, los hábitos del fin de semana pueden ser olvidados y reemplazados por otras opciones.
¿En qué consiste?
El Lunes sin Carne consiste, como su nombre indica, en alentar a las personas para que no consuman carne los lunes, buscando el objetivo de ayudar al planeta y además, mejorar su salud. Esto incluye evitar carne de pollo, cerdo, res, pescado, marisco, etc… Por lo que sugieren que la alimentación base en verduras, legumbres, frutas, cereales, frutos secos, lácteos, huevos, etc
Una dieta rica en legumbres y verduras es sinónimo de salud y reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares, que según datos de la Organización Mundial de la Salud, son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más personas por problemas al corazón que por cualquier otra dificultad médica y el principal factor de riesgo es la calidad de la alimentación. Según un estudio de la prestiogiosa Universidad de Oxford en Inglaterra, quienes se adaptan a una dieta vegetariana tienen un 32% menos de riesgos cardiovasculares. En este contexto, cada día sin carne de una semana disminuye en un 4,5% las posibilidades de sufrir enfermedades del corazón.
¿Y las proteínas?
Dejar de consumir carne un día a la semana, no alterara tus requerimientos diarios de proteína. Es más, hay bastantes estudios que demuestran que nuestro consumo actual de proteínas es muy superior a los índices recomendados. Un día a la semana, tampoco te ocasionará deficiencias de hierro o vitamina B12.
Puedes obtener un poco de proteína, hierro, vitaminas y grasas buenas a través de fuentes distintas de la carne. Por ejemplo la combinación de leguminosas y granos enteros, proporcionan todos los aminoácidos vegetales necesarios.
Historia
Durante la Primera Guerra Mundial, en 1917, la Administración de Alimentos de los EU instó a las familias a reducir el consumo de alimentos básicos clave para ayudar durante la guerra.
Como parte de este iniciativa se crearon los lemas: “La comida ganará la guerra”, el “martes sin carne” y el “miércoles sin trigo” para alentar a las más de 13 millones de familias que se unieron a este compromiso. La campaña regresó durante la Segunda Guerra Mundial cuando el presidente Franklin D. Roosevelt la relanzó con el fin de ahorrar transporte vital para municiones.
Para los días sin carne se usaron tarjetas de racionamiento que limitaban la cantidad de carne y otros alimentos básicos que cada familia podía comprar. A sugerencia de Roosevelt, 52 cafeterías federales en Washington, DC, comenzaron los miércoles sin carne y sin pescado el 2 de septiembre de 1942.
La vida de posguerra trajo prosperidad económica a muchos estadounidenses. El consumo de carne en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial aumentó de manera constante hasta su pico en 2002.
El lunes sin carne fue revivido en 2003, pero con nuevas razones: concientizar sobre la salud pública. Tiempo después la campaña cobró nuevos significados, como el cuidado del medio ambiente y el bienestar animal.
Greenpeace