No es broma, Chabelo no pudo ir a los JO Helsinki 1952

Este viernes iniciaron los Juegos Olímpicos en Tokio y salen a relucir historias muchas veces olvidadas, no todas las historias de deportistas olímpicos tienen un final feliz. Un claro ejemplo de esto es lo sucedido con un personaje muy querido en México: Chabelo.

‘Lloré mucho aquellos días’, recordó; ‘al competidor de 24 años, aquél que derroté a la buena, le dieron mi lugar… yo tenía 17 años’, precisó Xavier López

Xavier tenía 17 años y el tamaño de un adulto. Era peso welter y ganaba el derecho a subirse al avión de línea francesa que llevaría al contingente mexicano a los juegos de Finlandia. La lista de luchadores olímpicos estaba en la vitrina del Comité Olímpico Mexicano: Agustín Briseño, entrenador; Rodolfo Dávila, mosca; Leonardo Basurto, gallo; Mario Tovar, ligero; Xavier López, welter; así como Eduardo Assam, medio.

Dos años de entrenamiento, trabajo y estudios rendían el fruto de ganarle el boleto a un rival siete años mayor que él niñote nacido en Chicago, aunque con vida de campo en Guanajuato.

Xavier López ya se imaginaba en la lejana y fría Finlandia, saludando al mundo desde el tartán de aquel majestuoso estadio de Helsinki, donde el frío y un idioma extraño no espantarían a un adolescente acostumbrado a las adversidades.

La delegación mexicana fue abanderada en el antiguo Colegio Militar, donde el general J. Clark Flores, presidente del Comité Olímpico Mexicano, tomaba la insignia patria de manos de Miguel Alemán. El equipo mexicano se partiría en dos para hacer un largo viaje de 32 horas por los aires. La ruta sería: México-Nueva York-Terranova-Islandia-Helsinki. En el primer vuelo irían los luchadores.

El lunes 14 de julio, cinco días antes de la inauguración de los juegos, decenas de jóvenes atletas abordaban aquel avión de Air France con la adrenalina, los sueños y el corazón a reventar.

Sin embargo, algo ocurrió en aquellos días, pues Xavier López Rodríguez no apareció en la lista de pasajeros.  Un federativo le llamaría días antes para indicarle que tendría que aportar 40 mil pesos de su bolsillo. Que había que hacer gastos durante los juegos. Esa cantidad no existía, ni en los bolsillos ni en las matemáticas de la futura estrella de la televisión dominguera.

Lloré mucho aquellos días, porque nunca me dijeron que había que ganarse el boleto y tener mucho dinero para los gastos. Aquel hombre me volvió a llamar antes del viaje y me dijo que si no había lana no había juegos. Al competidor de 24 años, aquél que derroté a la buena, le dieron mi lugar. Todavía recuerdo que su apellido era Rosado”, dijo.

A Xavier le dijeron que de todos modos no tenía nivel para medallas, que los turcos eran los campeones.

“¡Y a mí qué chingaos me importa, yo le gané a un hombre de 24 años, yo tenía 17! ¿Por qué no iba a ganarle a un turco?”

Derrotado anímicamente (lo bajaron, literalmente, del avión), Xavier abandonó la lucha amateur. Era el campeón nacional en su categoría (welter) y se convertía en tackle defensivo del equipo de la UNAM.

También estudiaba Medicina y, por necesidades económicas, “entré a trabajar de ‘ve por las tortas’ a XEW-TV Canal 2. Comencé a hacer voces de abuelito. Un día, con Ramiro Gamboa en Carrusel Musical, hice la voz de un niño llamado Chabelo para un chiste. A Ramiro (Tío Gamboín) le gustó y se me quedó el nombre”. Habían pasado dos años de su ‘derrota olímpica’.

Fue entonces que Xavier López cambió el traje de luchador olímpico por los pantalones cortos de un niñote de 13 años, un personaje que se hizo eterno y que logró un programa propio llamado En familia con Chabelo.

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