Un niño de 9 años de edad vivió solo durante dos años en un departamento del poblado de Nersac, al oeste de Francia, teniendo carencias como luz y agua caliente, sin que sus vecinos se dieran cuenta de lo que pasaba.
El pequeño aunque tenía limitantes como la luz y el agua caliente, asistió a la escuela y se presentaba limpio y bien vestido, además de que se le consideró como buen alumno.
Su alimentación consistía en conservas, bollos y tomates de un huerto vecino, además de algunas cosas de le llevaba su mamá, esporádicamente, quien se mudó con una amiga y lo abandonó.
Durante dos años así fue su vida, hasta que un vecino alertó a las autoridades, quienes tras realizar la investigación acusaron a la madre por abandono de menor comprometiendo su seguridad, del padre nada se sabe.
La mujer fue condenada a un año y medio de prisión, con seis meses a cumplir con brazalete electrónico, mientras que el menor se encuentra con una familia de acogida desde hace año, cuando inició todo el proceso que recién tuvo resolución.
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