La exposición a la luz de la pantalla afecta el descanso, lo cual puede derivar en daños en la salud.
Llega la noche, es hora de ir la cama y antes de cerrar los ojos para dar oficialmente por concluido el día, decidimos dar un último recorrido virtual por el celular: leer algun mensaje, buscar algún video viral por las redes sociales y contestar un WhatsApp. O bien, cuando nos levantamos en medio de la noche, en medio de un pequeño despertar, volvemos a espiar el móvil “solo un poquito” pero después se vuelve difícil volver a dormir. ¿A quién no le pasó? ¿A quién no le pasa?
El teléfono celular se ha vuelto parte de nuestra vida, que casi parece una extensión del cuerpo, que vivimos al ritmo de las notificaciones y que nos da “pavor” quedarnos sin batería. Todo esto lo sabemos, lo escuchamos, lo leemos, lo sentimos. Y sin embargo… resulta difícil de controlar.
Se estima que desbloqueamos el móvil unas 100 veces por día: esto reduce la concentración, ha reconfigurado la forma en que nos vinculamos y, claro, también ha impactado en el sueño. Según un estudio del Departamento de Salud Pública de California, dormir cerca de los celulares está asociado a problemas de sueño, entre otros.
¿Y porqué nos quita el sueño?
En general, mirar tu teléfono por la noche es una idea bastante mala. Al realizar esta práctica pasa de todo, y sólo cosas malas. La luz azul brillante que emite hace que tu organismo pare de producir melatonina, lo que lleva a que sea más difícil conciliar el sueño y causa diversos problemas a largo plazo.
La melatonina es una hormona que está presente en los seres humanos así como en otros seres vivos y que es producida por la glándula pineal. Regula el ciclo diario del sueño, de ahí que sea fundamental para el descanso.
“La exposición, antes de dormir o en medio de la noche, a la pantalla que emite esa luz blanca afecta el ciclo REM, que es donde hay actividad onírica, y que dura una hora y media. Ese ciclo se repite varias veces a lo largo de la noche, y cada vez que se repite produce cantidad de intensidad onírica”, subrayó Andersson.
¿Y por qué ocurre esto?
Porque el cerebro interpreta esa luz blanca como que comienza el día, y por lo tanto se pone en estado de alerta. Por el contrario, las luces más tenues o en tonos rojizos, son interpretadas como que llegó el fin del día y así es que el cuerpo se predispone a descansar.
El impacto en la salud
- Se recomienda dormir entre 6 y 8 horas diarias para recuperarse de manera adecuada. Cuando el cuerpo no reposa, se pueden generar efectos nocivos en la salud; especialmente si esto se produce de manera reiterada y deriva en insomnio.
- “La falta de sueño afecta la memoria, la persona está más irritable, piel envejecida, aumento de peso y también puede generar hipertensión, depresión. También constituye un factor de riesgo vascular”
- La exposición en la noche a la luz azul de los teléfonos, tabletas o computadores también causa daño a la retina y degeneración macular. Esta condición se refiere a que pierdes la capacidad de ver lo que está justo frente a ti.
- El desarrollo de cataratas a temprana edad también puede estar relacionado con este tipo de luz, aunque hacen falta más investigaciones.
- Por si esto fuera poco, la exposición a la luz azul se ha relacionado con una mayor tasa de cáncer. Esto se explica de la siguiente forma: la melatonina suprimida con este tipo de luz también es un antioxidante y se ha demostrado ser esencial en la lucha natural del cuerpo contra el cáncer.
Una interrupción de una sola vez no sería un problema grave, pero hay millones de personas que utilizan sus teléfonos durante horas en la noche antes de ir a la cama. Lo hacen todos los días del año. Con el tiempo, esto comienza a sumar y crear los problemas mencionados anteriormente.
Aunque siempre va a ser más recomendable que dejes tu adicción al teléfono al menos por las noches.