Lo que no conocías de Miguel Hidalgo y Costilla
  • Nació el el 8 de mayo de 1753 en Pénjamo, Guanajuato, México, Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, mejor conocido como Miguel Hidalgo, fue un sacerdote al que se le atribuye ser el “Padre de la Patria”. Sus padres eran de origen español.
  • Perteneció a una familia adinerada que se vio afectada por constantes impuestos de la Corona Española que despojaba a los ciudadanos de sus fortunas. 
  • Entre sus autores predilectos se encontraban La Fontaine, Moliere, Cicerón, y Demóstenes.
  • Cuando era estudiante fue apodado “El zorro” por su inteligencia y su destacado interés por el estudio
  • Aunque se hizo párroco, se sabe que procreó cinco hijos: Josefa, Micaela, Agustina, Lino Mariano y María 
  • Hablaba siete idiomas: francés, español, italiano, latín, purépecha, otomí y náhuatl.
  • Al encabezar la conspiración y levantarse en armas dijo “caballeros estamos perdidos, aquí no hay más remedio que ir a matar gachupines
  • ¿Qué gritó Miguel Hidalgo ?

Los testimonios coinciden en que el cura Hidalgo pronunció “vivas” a la Virgen de Guadalupe, a la religión católica y al rey Fernando VII, así como algunos “muera” al “mal gobierno”, durante el discurso con el cual arengó a la población a levantarse en armas.

  • No tocó la campana de Dolores, el personaje que tocó la campana de Dolores fue José Galván, el campanero de la parroquia, y no Miguel Hidalgo, como algunos creen.
  • Murió fusilado el 30 de julio de 1811 en el antiguo Colegio de los Jesuitas, él mismo pidió que le vendaran los ojos y lo ejecutaran de espaldas. 
  • Las últimas palabras de Hidalgo:

“No me tengas lástima, sé que es mi último día, mi última comida y por eso tengo que disfrutarla; mañana ya no estaré aquí; creo que eso es lo mejor, ya estoy viejo y pronto mis achaques se van a comenzar a manifestar, prefiero morir así que en una cama de hospital”, fueron algunas de las últimas palabras del cura Hidalgo, expresadas el 29 de julio de 1811, horas antes de ser fusilado en Chihuahua por el Ejército Realista, según un manuscrito citado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Además, minutos antes de ser asesinado les repartió dulces a los soldados que iban a matarlo.

  • Un comandante tarahumara le cortó la cabeza con un machete por un pago de 20 pesos.

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