La magia en la espera de la Noche de Reyes

Por Rocío González Galván

En estas fechas, a pesar de la diversidad cultural que nos rodea, los niños viven con especial ilusión la llegada de los reyes, Papà Noel o Santa, el Niño Jesùs, los Reyes Magos… Recibir un regalo siempre es algo que gusta. Pero como todo en esta vida, la magia de la noche de los reyes es vivir la espera, imaginar qué podrá ser lo que te traigan los reyes, dejar volar la imaginación y estar expectante que llegue la mañana para levantarte con la gran ilusión de abrir un paquete envuelto de deseos.

Si comparamos la noche de reyes con un viaje, el regalo, que sería el destino, no es lo más importante, sino lo que sientes durante el viaje. Es decir la cantidad de emociones que te suscitan la espera de este regalo.

Más allá de que te lleven el regalo más impresionante o más caro, o lo que todo el mundo tiene y tú también quieres, lo más importante es vestir estos días de ilusión y aprovechar para aprender a disfrutar lo que tenemos, aprendiendo a valorarlo y procurando que la magia no esté en el regalo en sí, sino en la ilusión y emoción que se genera ante la expectativa de recibir un obsequio, de ser visto, tomado en cuenta, de PERTENECER.

La ilusión, la inquietud y los nervios positivos, pero también la empatía, la comprensión, la solidaridad.

Es importante generar ilusión en los niños, dejar que su imaginación vuele. Es un buen momento para enseñar a identificar y manejar emociones como la espera, la ilusión, la inquietud y los nervios positivos; pero también la empatía, la comprensión, la solidaridad y aùn la tolerancia a la frustraciòn, que parece ser que actualmente evitamos que la sientan los pequeños y por ello, tanta ansiedad.

La riqueza emocional de un niño, su imaginación, se desarrolla a menudo a través de estructuras de ficción, en las que el mundo mágico tiene un lugar preponderante. Más allá del valor religioso que adquirió para los cristianos, principalmente de oriente, la figura de los tres Reyes Magos, como ofrenda al nacimiento de quien sería considerado el Mesías, su valor trasciende en efecto lo religioso para ofrecer al niño una estructura de fantasìa que dè vuelo a su imaginación”

Muchas familias se preocupan por no poder ofrecer a sus seres queridos los recursos que querían, pero debemos insistir en la idea de que es más importante el proceso de la espera y las ilusiones que se generan que el mismo regalo. 

Sin menospreciar los sentimientos de frustración que puedan tener aquellas familias con dificultades, que los Reyes no puedan traer lo que pidieron sus hijos, les planteamos la oportunidad que tienen de trabajar con sus niños la importancia de valorar otras cosas que sí tienen y que otras personas puede que no.

Debemos hacer conscientes a los más pequeños y pequeñas de la casa que tienen que aprender a valorar los recursos que hay en su entorno y de vez en cuando, explico que aunque suene muy antiguo, nuestros abuelos y abuelas vivían con la misma ilusión que los niños y niñas de hoy en día la noche de Reyes Magos, y que, en su caso, tal vez sólo recibían un juguete de cartón, o una golosina pero que, más allá del regalo, la magia se encontraba en la espera.

“Para un niño, saber que un nacimiento es una ocasión celebratoria lo confirma en su derecho a la existencia”.

 Por otro lado, para él, “no es indiferente que los tres Reyes Magos representen edades y colores de piel diferentes, un lindo modo de iniciarlo a lo multicultural”.

Ahora, ¿es posible mantener la “magia” de estas tradiciones en épocas en que los niños tienen acceso a más información?

 “Los niños de alguna manera eligen creer. Muchas veces ocurre que alguno ya está en la duda y cuando se la expresa a un par que aún no duda -o no quiere dudar- éste último lo niega rotundamente y sostiene la existencia del personaje en cuestión”, y… muchos prefieren seguir creyendo”.

Sobre si más allá del valor religioso de estas festividades, mantenerlas,  ayuda a desarrollar la imaginación y la riqueza emocional de los niños y  la ingenuidad y la ternura que eso genera. 

Creer o no creer. Perpetuar el mito o resignificarlo. He allí el gran debate. Mientras nadie traicione sus ideas y haya siempre una sonrisa en el rostro de cada niño, todo será válido. 

Después de todo, son días donde la fecha es la excusa para el juego compartido y el tiempo en familia.

 ¿Acaso con esos dos ingredientes algo podría salir mal?

*TE INVITO A HACER EL SIGUIENTE EJERCICIO… TENGAS LA EDAD QUE TENGAS…

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Imagen Getty