La ciencia de “ser cool”; esto dice la psicología

El concepto de “ser cool” ha trascendido fronteras y generaciones, evolucionando desde su origen en subculturas hasta convertirse en un término universalmente reconocido para describir a personas, objetos o comportamientos considerados atractivos, interesantes o admirables.

Lejos de ser una noción meramente subjetiva o culturalmente efímera, la ciencia, a través de estudios psicológicos, ha comenzado a desentrañar los atributos que subyacen a esta percepción. Una investigación reciente, publicada en una prestigiosa revista internacional de psicología, revela que la gente “cool” es percibida de manera sorprendentemente similar en todo el mundo, sugiriendo la existencia de rasgos universales.

La ciencia de lo "cool"; esto dice la psicología

La evolución del término “cool”

La palabra “cool”, proveniente del inglés y que literalmente significa “frío”, ha tenido una evolución fascinante en su significado. Sus orígenes se remontan a las subculturas de los años 40 y 50, como los músicos de jazz afroamericanos y los beatniks, quienes adoptaron una actitud de desapego irónico y rebeldía creativa frente a la autoridad y las normas establecidas.

Este comportamiento les permitía esconder el desafío detrás de una fachada de compostura y autocontrol, lo que con el tiempo se asoció con una forma de ser auténtica y deseable. Con el avance de la sociedad y la creciente valoración de la creatividad y el cambio, la figura de la persona “cool” se ha vuelto cada vez más relevante.

Los pilares científicos de la percepción “cool”

El estudio internacional antes mencionado ha identificado seis características principales que, de manera consistente, definen a las personas consideradas “cool” en diversas culturas alrededor del globo. Estos atributos, lejos de ser superficiales, se entrelazan para formar un perfil de personalidad que genera admiración y respeto.

  1. Extroversión: Las personas “cool” tienden a ser socialmente abiertas, seguras de sí mismas y comunicativas. No se ocultan, sino que participan activamente, a menudo liderando interacciones y captando la atención de forma natural. Este rasgo es particularmente valorado en culturas donde el carisma y la presencia pública se asocian con el éxito personal. Su capacidad para relacionarse con una amplia variedad de personas y adaptarse a diferentes situaciones también contribuye a esta percepción.
  2. Hedonismo: Poseen una actitud orientada al disfrute, el placer y la experimentación. Se les ve como individuos que viven el presente, sin temor a romper esquemas en busca de experiencias agradables. Esta búsqueda activa del goce los distingue de modelos de personalidad más tradicionales, asociados al deber y el autocontrol, proyectando una imagen de libertad y espontaneidad.
  3. Poder: No se refiere necesariamente a una posición de autoridad política, sino a la percepción de capacidad, influencia y dominio sobre su entorno. Las personas “cool” son miradas con respeto y admiración, y su autoridad a menudo no se impone, sino que se infiere naturalmente de su estilo y seguridad. Esta autonomía les permite tomar decisiones según sus propios principios, sin seguir ciegamente las normas sociales.
  4. Aventura: Asumen riesgos, buscan experiencias nuevas y se atreven a salir de su zona de confort. Este rasgo los diferencia de los conformistas, asociándose con el cambio, lo impredecible y la ruptura de la rutina. Son pioneros en probar, viajar o experimentar lo fuera de lo común, lo que refuerza su imagen de individuos dinámicos y emocionantes.
  5. Apertura a Nuevas Ideas y Culturas: La apertura mental y cultural se considera esencial. Las personas “cool” son tolerantes, creativas y dispuestas a aceptar lo diferente. Esto consolida su imagen como individuos conectados con el presente y el futuro, libres de prejuicios y normas rígidas. Su curiosidad intelectual y su disposición a explorar lo desconocido son altamente valoradas.
  6. Autonomía: Viven de acuerdo con sus propios principios, tomando decisiones de forma independiente y sin la necesidad constante de la aprobación externa. Esta independencia se percibe como autenticidad, un pilar fundamental de la percepción “cool”. Paradójicamente, esta falta de necesidad de validación externa es lo que a menudo genera mayor admiración en los demás.
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La autenticidad como factor clave

Más allá de estos seis atributos, un denominador común que emerge en la percepción de lo “cool” es la autenticidad. Ser “cool” implica ser genuino, no aparentar un esfuerzo excesivo por impresionar. Las personas que son consideradas “cool” suelen mostrarse relajadas, seguras y frescas, como si no les preocupara lo que los demás piensen. Esta actitud natural y desapegada, irónicamente, es lo que las hace más atractivas y admirables.

La investigación sugiere que, aunque el término ha evolucionado y puede manifestarse de diversas maneras en diferentes contextos culturales (desde un género musical hasta un estilo de vestimenta), la esencia de lo que hace a alguien “cool” permanece constante: una combinación de confianza, independencia, apertura a la experiencia y una forma de vivir la vida con disfrute y autenticidad. Entender estos principios puede ofrecer una visión sobre cómo nos proyectamos y cómo somos percibidos en el complejo entramado de las interacciones sociales.

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