Después de tocar la superficie de Marte, el rover Perseverance envió a la Tierra su primer imagen del suelo del planeta rojo desde el cráter Jezero.
Una sonda robótica que transporta el mayor y más caro vehículo de exploración extraterrestre jamás construido ha aterrizado el jueves en un cráter del hemisferio norte de Marte para hacer historia. El objetivo principal de la misión es buscar rastros de vida.
Si este viaje hubiese sucedido hace 3.500 millones de años, el Perseverance estaría a punto de aterrizar en medio de un lago alimentado por un río que arrastra sedimento, pues así se piensa que era el cráter Jezero —de unos 45 kilómetros de diámetro— en aquella época, cuando Marte era un planeta azul como la Tierra.
Se sabe que en este gemelo helado de nuestro planeta se dieron las condiciones para que surgiera la vida y fue justo en aquella época cuando en nuestro planeta comenzaron a surgir los primeros microbios, probablemente en lagos, ríos o mares.
Pero hace millones de años el planeta comenzó a perder su atmósfera, se rompió su equilibrop y dio un giro mortal hasta convertirse en el desierto helado que es hoy. El Perseverance es un coche de seis ruedas y una tonelada de peso equipado con siete instrumentos científicos con los que intentar analizar la composición atómica y química del fondo del lago hoy desaparecido en busca de rastros inconfundibles de microbios marcianos.
“Perseverance [perseverancia en inglés] es el vehículo de exploración marciana más ambicioso que ha lanzado la NASA”, ha explicado Thomas Zurbuchen, jefe de ciencia de la agencia espacial de EE UU. El destino al que se dirige el Perseverance es “el más complicado en el que se haya intentado aterrizar hasta la fecha”, ha resaltado el científico.
A la NASA siempre le ha gustado forzar el dramatismo que supone aterrizar cualquier tipo de nave en Marte. Desde el comienzo de la exploración espacial en los años 50 del pasado siglo una de cada dos misiones al planeta rojo ha fracasado. Pero EE UU tiene un historial de éxitos sin igual en el mundo: ha conseguido posar con éxito en Marte cuatro vehículos móviles de exploración. Perseverance será el más pesado, una tonelada, complejo y caro: unos 2.200 millones de euros.
Perseverance también recogerá muestras de rocas que serán traídas a la Tierra en un futuro y probará tecnologías pioneras para una eventual presencia humana en el planeta rojo.
Para ello Perseverance, que tiene el tamaño de un automóvil y pesa cerca de una tonelada, cuenta con novedosos instrumentos, cerca de 20 cámaras, un helicóptero y hasta micrófonos.
La nave que lleva a Perseverance ingresó a la atmósfera marciana a una velocidad de 19.500 km por hora. En siete minutos esa velocidad fue reducida a cero.
Todo el descenso fue automatizado y dado que hay un retardo de más de 11 minutos en las comunicaciones con la Tierra, Perseverance estuvo a solas durante la operación.
La nave donde está el robot tiene una parte trasera en forma de cono que está sellada en la parte inferior por un escudo térmico. La temperatura en la superficie externa de ese escudo pudo llegar a alcanzar cerca de 1.300 grados centígrados.
A unos 11 km de la superficie la nave desplegó un paracaídas de 21,5 metros. Poco después el escudo térmico se separó y cayó, exponiendo a Perseverance por primera vez a la atmósfera marciana y dando inicio a una nueva tecnología de autopiloto llamada Navegación en Relación al Terreno.
Perseverance es la primera misión que usa ese tipo de navegación. Mientras el robot descendía en el paracaídas captaba imágenes de la superficie de Marte para compararlas con la información en su computadora y corregir la trayectoria en caso necesario.