En el segundo aniversario de la agresión rusa contra el país “martirizado”, el Papa Francisco en el Ángelus expresó su dolor y cercanía por la población que sufre “un conflicto que se está prolongando terriblemente y cuyo final aún no se vislumbra”.
“Es una guerra que no sólo está devastando esa región de Europa, sino que desencadena una ola global de miedo y odio”, dice el Pontífice, instando a no olvidar la violencia en Tierra Santa y otros países, “pensemos en los niños inocentes que han sido heridos,” destacó.
Dos años, veinticuatro meses, 730 días de ataques, bombardeos, misiles, drones, edificios, casas e iglesias destruidas, ciudades arrasadas, vidas rotas, familias destruidas, sufrimiento el dolor colectivo por una guerra, la de Ucrania, que parece no tener fin y que ha llegado a su segundo aniversario, señaló el Papa.
Francisco, desde la ventana del Palacio Apostólico, pide el fin de este brutal conflicto que, dice, “no sólo está devastando esa región de Europa, sino que está desatando una ola mundial de miedo y odio”.
El Pontífice utiliza superlativos para subrayar su “más vivo afecto” por el “martirizado pueblo ucraniano” y asegura oraciones “por las numerosas víctimas inocentes”. Luego, frente a una plaza en la que ondean banderas con la inscripción “Paz”, eleva su súplica a Dios y a quienes desempeñan funciones de responsabilidad en esta tierra.
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