El Papa Francisco, quien murió este lunes a los 88 años de edad, será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, una decisión que rompe con la tradición de enterrar a los pontífices en las grutas vaticanas bajo la Basílica de San Pedro.
Santa María la Mayor: un lugar especial para el Papa Francisco
La elección de la Basílica de Santa María la Mayor no es casual. Desde el inicio de su pontificado en 2013, el Papa Francisco mostró una profunda devoción a la Virgen María bajo la advocación de “Salus Populi Romani”, cuya imagen se encuentra en ese templo.
Era habitual que el Santo Padre visitara la basílica antes y después de cada viaje apostólico para encomendar su misión y agradecer a la Virgen.
“Quiero descansar cerca de la Madre”, habría dicho en más de una ocasión.
Previo a Semana Santa, en plena convalecencia acudió a rezar a Santa María la Mayor.
Una decisión histórica
Esta será la primera vez en la historia moderna que un Papa es sepultado en Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas mayores de Roma, pero no el lugar habitual para sepulturas papales. Con esta decisión, el Papa Francisco continúa marcando su legado con gestos de humildad y simbolismo espiritual, alejándose del protocolo tradicional.
Ceremonia de sepultura
Aunque la fecha exacta del entierro aún no ha sido confirmada, se espera que la ceremonia tenga lugar después de los funerales oficiales en la Basílica de San Pedro, los cuales se prevén multitudinarios.
Autoridades eclesiásticas y líderes de todo el mundo asistirán a los actos litúrgicos antes del traslado del féretro a Santa María la Mayor.
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