La tragedia en el estadio Kanjuruhan de Indonesia disminuyó de 174 a 125 personas muertas, entre ellas 17 menores de edad, tras los disturbios en el partido entre Arema FC y Persebaya Surabaya.
Los aficionados ingresaron al campo tras la derrota del Arema, así que los guardias de seguridad utilizaron gas lacrimógeno y eso provocó una enorme estampida.
Durante una rueda de prensa de las autoridades se dio a conocer el número actual de víctimas y más de 200 lesionados, de los menores de edad que fallecieron sus edades oscilan entre 12 y 17 años.
La Federación de Fútbol de Indonesia lamentó las acciones de los fanáticos y que apoya las investigaciones de la Policía.
También se anunció que durante una semana se detendrá la liga y el Arema FC tiene prohibido ser anfitrión lo que resta de la temporada.