Descubre lo que tus antojos te revelan

A todos nos ha sucedido, súbitamente nos dan antojos que confundimos con hambre. En realidad esos antojos son una ventana que nos permite asomarnos a lo que está pasando en nuestro mundo emocional.

Una vez que nos atacan los antojos es casi imposible resistirse a no ir a por esa rebanada de pastel de chocolate o esas papas fritas. Pero, ¿de dónde vienen los antojos? ¿Por qué a veces son cosas dulces y otras veces, saladas?

El deseo por algo dulce, salado, crujiente, ácido, picante… ¡y hasta amargo! es una señal que nuestro organismo utiliza para expresarse de forma inteligente, con la finalidad de sanar algún malestar y así poder sobrevivir.

Descubre las causas de los antojos y por qué debes escuchar a tu cuerpo.

¿Qué se te antoja?

  • Antojo: Dulces

Necesitas: ¿Tienes ganas de golosinas, galletas, helado, chocolates o pastel? Esto puede ser una señal de que los niveles de azúcar en sangre son irregulares, de desequilibrios hormonalesestrés o falta de sueño. Es mejor que ataques el problema de raíz y que no caigas en el antojo.

Cuando tienes antojo de algo dulce es probable que a tu organismo le falte cromo, el mineral encargado de regular el azúcar en la sangre. Esta deficiencia casi siempre es ocasionada por el consumo de azúcares y harinas refinados que llegan rápidamente al torrente sanguíneo provocando un aumento súbito de energía y posteriormente un bajón que ocasiona un síndrome de abstinencia y la necesidad de más azúcar. Te recomendamos sustituir el consumo de azúcar y harinas refinados por carbohidratos más complejos que no liberan la energía tan rápidamente, como los cereales integrales o las frutas. De esta manera el azúcar en tu sangre se mantendrá regulado.

Antojo: Pasta o de pan blanco

Necesitas Puede indicar una falta del aminoácido triptófano, que es vital para la producción de la hormona de la felicidad, la serotonina. Si no consumes suficientes hidratos de carbono en tu dieta, puedes ponerte de mal humor. Los antojos de alimentos ricos en carbohidratos simples son llamadas de atención de tu cuerpo que te indican que te falta hidratos de carbono simple.

  • Antojo: Carne y embutidos

Necesitas: Si tienes antojo de carne y embutidos tu organismo está intentando decirte que tienes una deficiencia de hierro. El hierro que contiene la carne roja tiene una excelente absorción en el organismo, sin embargo, no se recomienda para su consumo diario. Si los días que no comes carne roja no la sustituyes por otra fuente de hierro es probable que aparezca el antojo. Puedes obtener hierro de otros alimentos como las lentejas, los frijoles, las nueces, las almendras, las semillas de girasol, las espinacas y los mariscos. Recuerda consumir estos alimentos en combinación con otros ricos en vitamina C (frutas cítricas, guayaba, kiwi o pimientos) para mejorar su absorción.

Si llevas una dieta vegana, tienes que asegurarte de mantener tus niveles de vitamina B12. Puedes optar por alimentos enriquecidos o suplementos nutricionales, ya que esta vitamina se encuentra principalmente en alimentos de origen animal (carne, huevos, lácteos).

Antojo: Chocolate

Necesitas: El chocolate es delicioso pero también necesario dentro de una dieta equilibrada, no sólo contiene hierro, cromo y antioxidantes, sino que también provee de altas cantidades de magnesio, un mineral indispensable para el sistema inmunológico que además calma la ansiedad y actúa como relajante muscular. Por si fuera poco, el cacao contiene anandamina, un neurotransmisor que produce efectos similares a la cannabis, además de mejorar la concentración. Parece un alimento milagroso y lo es, no en balde fue tan apreciado por las culturas prehispánicas. El problema es que casi siempre lo consumimos mezclado con altos niveles de azúcar, lo que lo convierte en una bomba calórica muy adictiva.

  • Antojo:  Cosas saladas o picantes

Necesitas: A algunas personas les gusta consumir papas fritas o frutos secos (cacahuates) mientras ven la televisión. Tener este antojo de sal suele venir de una falta de electrolitos (especialmente de sodio) es muy probable que tu organismo se encuentre deshidratado y con una baja de sodio. Lo ideal, además de satisfacer tu antojo si así lo deseas, es beber líquidos en abundancia. Cuando el cuerpo se deshidrata el organismo pierde sales minerales y está desesperado por recuperarlas, su manera de pedírtelas es en forma de antojo de algo salado pero lo que en realidad necesita es agua. 

Se te antoja:

  • ¿Algo muy crujiente?. Seguramente te sientes estresado, y como la tensión se acumula en la mandíbula, al masticar sientes que te liberas del estrés. También podrías estar muy enojado, pero te estás conteniendo, o bien necesitas una palmadita en la espalda por un trabajo bien hecho. Cada sonido que emites al masticar algo crujiente es un grito de “¡hey, mírenme!”.

Cámbialo por… Intentar entender qué es lo que realmente quieres expresar. Podrías escribir un diario para irle comunicando a los demás las emociones que vas almacenando en él.

  • ¿Algo ácido?. Seguramente has estado comiendo grasa de más y tu cuerpo tiene dificultades para digerirla. También puede tratarse de que estés necesitando concentrarte en algo.

Cámbialo por… ¡Enfocarte y poner toda tu atención en lo que realmente deseas!

  • ¿Algo amargo?. Te sientes débil, o bien eres demasiado perfeccionista y ambicioso.

Cámbialo por… Ser más objetivo y flexible, lo que te traerá la tranquilidad que buscas.

  • ¿Queso?. Es el antojo preferido de aquellos que desean sobreprotección o cuidados tanto físicos como emocionales, pues está hecho de leche, la esencia de la nutrición materna. Quizá estés pasando por etapas de ansiedad y mucha presión.

Cámbialo por… ¿Necesitas nutrición y conexión? Encuentra una alternativa de bienestar como el yoga o terapias como el biomagnetismo médico. Crea un espacio dentro de un grupo personal donde se sientas a salvo para expresar y compartir tus pensamientos.

  • ¿Cafeína?. Quieres estar en medio de todo, absorbiendo toda la información posible, hasta que llegas al agotamiento mental. La cafeína nos brinda la falsa sensación de agudeza mental y de poder mantener todo en orden, pero en realidad nos cansa mucho más, especialmente cuando la consumimos en exceso.

Cámbiala por… En lugar de otra taza de café o un refresco de cola, dale a tu mente un descanso. Toma una siesta o vete a dormir más temprano, y estarás más fresco y concentrado al día siguiente.

  • ¿Almidones?. Blandos, suaves y consoladores, los alimentos almidonados como el pan, la pasta y hasta el arroz caen muy bien cuando necesitamos consuelo y sustento en tiempos difíciles.

Cámbialos por… Hablar con un amigo o unirte a un grupo de apoyo. ¡Comparte tu necesidad de ser escuchado y sentirte apoyado!

  • ¿Helado?. Recurrimos a él cuando nos sentimos lastimados, para sentir la libertad y despreocupación de nuestra infancia.

Cámbialo por… Enlistar las formas en las que puedes calmarte y sentirte libre en tu vida diaria, como andar en bicicleta o tomar un baño, actividades simples que podrían ayudarte a sanar esas heridas profundas. •••

¡Nuestro cuerpo verdaderamente es una máquina perfecta!

Si escuchas las señales que te manda, sabrás lo que necesitas. A veces, los antojos tienen su sentido: presta atención y observa por qué se producen realmente.