El papa Francisco aprobó una operación secreta de un millón de euros para liberar a una monja colombiana que estuvo cautiva durante más de cuatro años en Malí antes de ser liberada en 2021, dijo el jueves un cardenal a un tribunal del Vaticano.
El cardenal Angelo Becciu, el único prelado entre los 10 acusados en un juicio por corrupción que comenzó en julio pasado, también declaró que no tuvo relaciones indebidas con una mujer italiana que fue intermediaria en la operación para liberar a la monja.
La hermana Gloria Cecilia Narváez fue secuestrada por el Frente de Liberación de Macina, un grupo vinculado a Al Qaeda en Malí, en febrero de 2017.
Becciu testificó que Cecilia Marogna, a quien conoció por primera vez en 2016 y que también es acusada en el juicio, lo puso en contacto con una compañía de inteligencia y riesgo con sede en Londres en 2018 para encontrar una manera de ganar su libertad.
El cardenal dijo que le dijo al Sumo Pontífice que la operación, incluido el establecimiento de una “red de contactos” y un eventual rescate, costaría como máximo alrededor de un millón de euros.
“Él aprobó. Debo decir que cada fase de esa operación fue aprobada por el Santo Padre”, testificó Becciu.
Becciu, quien fue subsecretario de Estado entre 2011 y 2018, está acusado de malversación de fondos, abuso de autoridad e inducir a perjurio a un testigo. Él niega todos los cargos.
Becciu dijo que se abrió una cuenta especial para la operación en la Secretaría de Estado del Vaticano y que los pagos se hicieron a las cuentas indicadas por Marogna.
No dijo si alguna vez se pagó un rescate por su liberación.
Marogna está acusada de malversación de fondos. Ella también niega haber actuado mal.
La acusación emitida en julio decía que había recibido unos 575 mil euros en 2018-2019 de la Secretaría de Estado. Los fiscales la acusaron en julio de usar gran parte de ellos para “beneficio personal”, incluida la compra de artículos de lujo. Ella lo ha negado.