La tarde de ayer, la tranquilidad de la junta auxiliar de Sanctorum, perteneciente al municipio de Cuautlancingo, fue brutalmente interrumpida por un asalto a mano armada que ha desatado la indignación y la preocupación entre los vecinos.
Un establecimiento comercial fue el blanco de dos sujetos armados que, con total impunidad, no solo vaciaron la caja registradora, sino que también despojaron de sus pertenencias a tres repartidores de refrescos que se encontraban en el lugar. La totalidad del violento atraco quedó captado por las cámaras de seguridad, ofreciendo un crudo testimonio de la creciente inseguridad que afecta a la región.
⚠️ ¡Alerta Sanctorum!
— Carlos Martin Huerta (@carlosmartinh) May 21, 2025
🚨😡Delincuentes asaltaron a repartidores de Coca-Cola, en la entrada de una tienda en Sanctorum. pic.twitter.com/QTBzv58Icy
El video, que ha comenzado a circular ampliamente, muestra con escalofriante claridad el modus operandi de los delincuentes. Dos individuos, uno ataviado con una sudadera roja y el otro con una azul, ambos ocultando sus rostros bajo gorras negras, ingresaron al local con una aparente calma que rápidamente se transformó en agresión desmedida.
La mecánica del robo
La secuencia de los hechos, registrada por la cámara de vigilancia, revela la coordinación de los asaltantes. En cuanto cruzaron el umbral de la tienda, uno de los sujetos se dirigió sin titubeos directamente hacia la caja registradora. Con la mano en alto, de donde empuñaba un arma de fuego que había extraído de su mochila, exigió al encargado del establecimiento que entregara el dinero. La amenaza fue clara e inminente.
Simultáneamente, su cómplice, sin perder un segundo, se abalanzó sobre los tres repartidores de refrescos que estaban dentro del local, aparentemente realizando alguna entrega o cobro. A estos trabajadores, que se vieron sin posibilidad de reacción, se les observa cómo son obligados a entregar sus pertenencias. Los delincuentes les quitaron sus teléfonos celulares y el dinero en efectivo que llevaban guardado en sus bolsillos.
El robo se consumó en un lapso alarmantemente breve: aproximadamente un minuto y medio. Una vez logrado su cometido, los asaltantes, con la misma calma con la que irrumpieron, guardaron todo lo robado de vuelta en sus mochilas. Acto seguido, salieron del lugar sin contratiempos, sin que nadie pudiera detener su fuga, lo que sugiere una posible planeación previa y un conocimiento detallado de la zona o de los movimientos del establecimiento.
Patrón de inseguridad
Tras la huida de los delincuentes, el video muestra la desolación y el estado de nerviosismo de las personas afectadas. Los repartidores, particularmente impactados por la agresión, son vistos de inmediato realizando llamadas telefónicas, presumiblemente para alertar a sus empresas o a las autoridades.
Este incidente no solo subraya la vulnerabilidad de los trabajadores de reparto, quienes diariamente transitan con efectivo y mercancía, sino también la de los pequeños comercios.
La comunidad ha expresado en diversas ocasiones su preocupación por el este tipo de delitos. Reportes de robos a vehículos y tiendas, además de asaltos en la vía pública han sido recurrentes, lo que ha llevado a un clamor constante por mayor presencia policial y estrategias de combate a la delincuencia más efectivas.
La impunidad con la que operaron los ladrones resalta la urgencia de una respuesta contundente por parte de las fuerzas del orden para devolver la tranquilidad a los habitantes y comerciantes de Sanctorum.
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