EP. Yemen se enfrenta a una tercera ola de contagios de COVID-19 con el 99% de su población sin vacunar, ha denunciado Oxfam Intermón, que ha criticado que la comunidad internacional “está fallando” a la población yemení que necesita vacunas “ahora”.
Los casos de COVID-19 registrados y la tasa de mortalidad a causa de la enfermedad se han incrementado en un 420% en el último mes. De estas cifras están excluidas las “infinitas” muertes de personas en sus hogares por la carencia de test y de camas en hospitales.
Además, en el balance oficial de fallecidos a causa de la COVID-19 en Yemen, 1.649, tampoco incluye a los yemeníes que viven en el norte del país, donde estos datos no están disponibles.
Oxfam también ha señalado que, a pesar de las promesas de COVAX, el mecanismo que busca garantizar inmunizadores con equidad a los países de ingresos medios y bajos, para lograr vacunar al menos al 23% de la población de estas naciones para finales de año, menos del uno por ciento de los 30,5 millones de yemeníes han recibido una dosis de la vacuna, mientras que el 0,05% cuenta con la pauta completa. COVAX ha hecho llegar 511.000 dosis de las 4,2 millones comprometidas para Yemen.
“Yemen tiene una de las tasas de mortalidad por COVID-19 más altas del mundo, simplemente no puede luchar contra este virus”, ha insistido el director para Yemen de Oxfam, Muhsin Siddiquey, que ha puesto el foco en que el conflicto ha diezmado el ya frágil sistema sanitario yemení.
Además, ha recordado que muchas personas están “débiles” porque no pueden garantizarse los suficientes alimentos o no pueden comprar medicinas básicas. “Otros son incapaces de asumir el coste del transporte a centros sanitarios por la actual crisis de combustible”, ha añadido.
“La vacunación es una solución simple que puede salvar vidas, pero la comunidad internacional está fallando a las personas de Yemen que necesitan dosis ahora”, ha lamentado Siddiquey, que ha tildado que es “vergonzoso” que países ricos que se han garantizado ya el suministro para toda su población, como Reino Unido o Alemania, “bloqueen soluciones que permitirían compartir los derechos de estas vacunas para que se puedan producir para más países, como Yemen”.
“Proteger vidas debería ser más importante que proteger los beneficios de las corporaciones farmacéuticas que ya han ganado billones por esta crisis”, ha remachado.