Dr Sergio Assia Robles.
Hace poco se viralizó un video de una niña veracruzana, portadora de diabetes tipo 1, en el que con lenguaje claro y documentos en mano exigía al gobierno que cumpliera un mandato judicial para aplicarle la vacuna contra Covid-19, por habérsela negado con el argumento de que “no era persona de riesgo”
Quiero hacer algunos comentarios al respecto:
- – Primero definitivamente y sucede con cualquier enfermedad prevenible por vacunación y a pesar de que existan efectos secundarios al aplicar la vacuna, éstos son infinitamente menores a padecer la enfermedad en la comunidad.
- -Segundo: De acuerdo con estudios elaborados tanto en nuestro país como en el mundo entero, el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte del COVID-19 es mucho mayor en niños con comorbilidades como cáncer, obesidad, diabetes, autoinmunidad, inmunodeficiencia entre otros, lo cual los hace población susceptible.
- Estamos ante un pico importante de contagios, los cuales se están observando en población no vacunada, particularmente niños y adolescentes, sumando a mediados de agosto mas de 60 mil casos confirmados y 613 fallecimientos en México.
Un estudio elaborado en el IMSS a finales del año pasado, en 1443 niños confirmados el 3.3% requirió hospitalización en terapia intensiva con una mortalidad del 1.9%, en contraste con el 0.1% en países desarrollados y 0.3 a nivel global, lo que nos convierte junto con Brasil en el país con la mas alta mortalidad en niños y adolescentes a nivel mundial.
Se argumenta que el COVID-19 es una enfermedad leve en menores de edad, lo que es cierto en la mayoría de los casos, la mayoría van a ser asintomáticos o con síntomas leves, pero con números tan altos de contagio es inevitable que se incrementen los casos complicados.
Los niños no vacunados se hospitalizan 10 veces mas que los vacunados, los niños no son adultos chiquitos y van a tener diferentes manifestaciones, debemos evitar buscar la falta de olfato o gusto, los dolores de cabeza y cuerpo se verán como irritabilidad, decaimiento, falta de apetito, aparecerán frecuentemente vómito, dolor abdominal y diarrea, también son frecuentes síntomas respiratorios como catarro, tos, dolor de garganta, fiebre de magnitud y duración variable.
Como verán son síntomas comunes a muchas enfermedades, lo que pone en predicamento a los sistemas escolares y sanitarios que deben tener un alto grado de sospecha clínica y hacer un mayor número de pruebas para diagnosticar COVID aún con síntomas leves o poco comunes.
También quiero puntualizar que debemos estar muy pendientes de los signos de alarma de la enfermedad, que son entre otros, fiebre mayor a 5 días, dolor abdominal importante, vómito reiterado, palidez, cianosis de labios y uñas, estado mental alterado como confusión, irritabilidad extrema, somnolencia, rechazo al alimento, disminución de la saturación de oxígeno, signos que nos obligan a ir rápidamente al servicio de urgencias a solicitar ayuda especializada, no pierdan el tiempo con remedios caseros o tratamientos alternativos.
Uno de cada 8 niños, presentan complicaciones tardías como COVID prolongado, manifestado por, cefalea persistente o debilidad generalizada, sin contar aquellos que después de dos semanas de haber superado la enfermedad desarrollan el temido Síndrome Inflamatorio Multisistémico asociado a COVID (MISC), que afecta todos los órganos y requiere muchas veces de terapia intensiva.
Regresando al caso de Zulma la niña con diabetes y del resto de niños con factores de riesgo o sin ellos, deberían ser considerados en el plan nacional de vacunación y apresurarnos a vacunarlos con las vacunas aprobadas en los grupos de edad aceptados que son hasta ahora los mayores de 12 años, como lo han hecho la mayoría de los países.
Las Academias Pediátricas a nivel global han urgido a las autoridades sanitarias aceleren la autorización de la vacunación a edades menores y proteger a ese gran grupo poblacional si es que queremos evitar muertes inocentes y lograr la ansiada inmunidad de rebaño.
Parece ser indudable que cuando termine la pandemia, el COVID será una enfermedad infantil cíclica de predominio invernal y prevenible por vacunación.
Protejamos a los niños, siguiendo las recomendaciones de uso de cubre boca, ventilación de espacios, filtración de aire, evitar aglomeraciones, hacer pruebas frecuentes, aislar contactos, vacunarse cuando sea posible con esquemas completos en particular a todos los niños con factores de riesgo como Zulma.
Nos vemos a la otra. Animo !
@sergioassia