Tras días de expectativa internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el esperado encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, tendrá lugar el viernes 15 de agosto de 2025 en el estado de Alaska, un territorio clave por su cercanía con Rusia y su relevancia geopolítica.
El anuncio se realizó a través de la red social Truth Social, donde Trump publicó: “
La tan esperada reunión entre el presidente de los Estados Unidos y el presidente Vladimir Putin de Rusia se llevará a cabo el próximo viernes en el Gran Estado de Alaska. Más detalles próximamente”.
Por su parte, el asesor presidencial ruso Yuri Ushakov calificó como “lógico” que la cumbre se realice en Alaska, debido a la cercanía territorial entre ambas naciones, separadas por el estrecho de Bering. Además, adelantó que Moscú ya envió una invitación para que el próximo encuentro tenga lugar en Rusia.
Un posible alto el fuego con cesiones territoriales
Fuentes diplomáticas citadas por CBS News revelaron que la Casa Blanca trabaja para convencer a líderes europeos de respaldar un acuerdo de alto el fuego que otorgaría a Rusia el control de Crimea y de toda la región del Donbás —compuesta por Donetsk y Luhansk— a cambio de que Moscú entregue las regiones de Jersón y Zaporiyia a Ucrania.
Cabe recordar que Rusia anexó ilegalmente Crimea en 2014 y que desde 2022 controla gran parte del Donbás. De concretarse, este pacto marcaría un giro significativo en la guerra, aunque analistas advierten que podría ser percibido como una victoria para Putin y un desafío para el presidente ucraniano Volodímir Zelensky.
Trump reconoció que el acuerdo implicaría “intercambios de territorios para beneficio de ambas partes” y afirmó que la prioridad es “poner fin a un conflicto que ha costado millones de vidas y provocado destrucción masiva”.
Tensiones y posturas encontradas
La propuesta de cesiones territoriales ha generado reacciones encontradas. Zelensky reiteró que Ucrania no aceptará perder territorios y exigió participar en cualquier negociación. Para Kiev, un acuerdo decidido sin su presencia sería inaceptable y atentaría contra su soberanía.
Pese a su inicial advertencia a Putin sobre posibles sanciones, Trump optó por un tono conciliador y aseguró que su “instinto” le indica que hay una oportunidad para lograr un alto el fuego. También dejó abierta la posibilidad de un encuentro trilateral con Putin y Zelensky, aunque subrayó que no es un requisito indispensable para avanzar en las conversaciones.
Movimientos diplomáticos previos a la cumbre
Antes de la reunión en Alaska, Putin sostuvo conversaciones con los líderes de China e India, buscando respaldo internacional. Según el Kremlin, el presidente chino Xi Jinping expresó su apoyo a una solución negociada y a un acuerdo a largo plazo, mientras que el primer ministro indio, Narendra Modi, agradeció a Putin la actualización sobre el conflicto y reiteró su compromiso con la paz.
En paralelo, Trump aprovechó un evento en la Casa Blanca —la firma de un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán— para insistir en que “Europa quiere paz” y que “todas las partes están cada vez más cerca de un pacto de cese al fuego”.
Situación en el frente ucraniano
Mientras las gestiones diplomáticas avanzan, la guerra continúa. El gobernador de Donetsk, Vadym Filashkin, anunció la evacuación de familias con niños en 19 aldeas debido al avance de las tropas rusas. La línea del frente sigue activa, con combates intensos y un alto costo humanitario.
La reunión del 15 de agosto en Alaska será la primera cara a cara entre un presidente estadounidense y uno ruso desde 2021, cuando Joe Biden y Putin se encontraron en Ginebra. Observadores internacionales consideran que el resultado de esta cumbre podría redefinir el rumbo del conflicto y las relaciones entre Moscú y Washington.
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