La forma de viajar estará cambiando, el fondo seguirá siendo el mismo, en donde viajar es liberarse por momentos de lo cotidiano y cambiar la rutina.
Estos días de contingencia han cambiado la forma de trabajar a distancia. Escuchar que alguien tenía oportunidad de trabajar desde casa “Home Office se consideraba un afortunado o con condiciones especiales por la profesión que ejercía.
En poco tiempo todo evoluciono, gran parte de las actividades se empezaron a llevar a través de trabajo en casa, utilizando de manera exponencial el uso de tecnologías que permiten trabajar eficientemente a distancia. Esto llego para quedarse y afectara positivamente la calidad de vida de las personas y también modificara los hábitos de viajes.
Muchos viajes de negocios podrían ser ya no tan indispensables y una gran parte de la infraestructura de transporte y alojamiento pueda estar afectada. No toda la capacidad instalada es para movilidad de personas y viajes de placer, un gran número de personas viajan todos los días para trabajar, hacer negocios o vender. Si esta actividad baja, la capacidad instalada podría dañar toda la cadena de valor de la industria turística.
Gran parte de la fuerza laboral son jóvenes, estos son nativos digitales y tienen entre sus peculiaridades, la alta movilidad. Algunos cambian de trabajo por buscar vivir en nuevos lugares o quieren conocer el mundo y tomar “un tiempo”, por lo que una nueva tendencia en viajes podrió surgir, “Travel Office” el trabajador que no tiene que estar de forma presencial y que su trabajo depende de la tecnología que le permita conectarse con su empresa y responsabilidades.
Así nace un nuevo viajero, el que viaja por placer y que combina horas de trabajo desde su hotel o centros de co-working y tiempo para ver, comer, disfrutar en algún punto turístico o patrimonial del mundo. Este viajero podrá ser un buen generador de divisas, un usuario de hoteles, casas de renta temporal, restaurantes y lugares para disfrutar.
Así viajar será siempre un gusto que muchos podrán seguir haciendo, la industria tendrá clientes y la economía podría mejorar.
Alejandro Cañedo Priesca