Gabriela García Muñoz
De acuerdo con las Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que dio a conocer el INEGI, los parientes, específicamente los tíos y primos, son las principales personas agresoras de mujeres que experimentaron violencia sexual en su infancia.
El informe señala que la violencia sexual durante la infancia es una grave violación a los derechos humanos de las mujeres. Sus consecuencias pueden ser devastadoras, tanto a nivel físico como emocional.
En este sentido, el INEGI apunta que a nivel país, 41.8% de las mujeres de 15 años y más manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia, es decir, antes de cumplir 15 años. En 2022, de acuerdo con datos de las Fiscalías Generales de Justicia estatales, el delito de violación registró su máximo en el grupo de 10 a 14 años de edad, siendo un delito que pega cuatro veces más a niñas, que a niños.
Estas cifras se traducen en que, durante la infancia y con datos del 2021, en México alrededor de 12.4 millones de mujeres de 15 años y más (12.6%) experimentaron violencia sexual.
La violencia que enfrentan las mujeres y las niñas se ha considerado como «un problema generalizado y devastador que se empieza a sufrir a edades alarmantemente tempranas». Se trata de una situación que se gesta desde las primeras etapas de la vida y que afecta la salud y el bienestar de las niñas que la padecen, aún mucho tiempo después de haber sido violentadas.
La exposición a la violencia desde los primeros años de vida puede convertirse en un fenómeno estructurante, que genere ciclos complejos caracterizados por la tolerancia, normalización e, incluso, la reproducción de la violencia en etapas posteriores.
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