Este miércoles fue trasladado el féretro de la reina Isabel II, desde Buckingham hasta Westminster, donde se ofició un servicio religioso donde aparecieron los duques de Sussex, Meghan y Harry, los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, así como Carlos III y Camilla, la reina consorte.
En los últimos días trascendió que cuando toda la familia se encontraba en el castillo de Balmoral, Escocia, por el delicado estado salud de la monarca, el ahora rey Carlos III informó al príncipe Harry que su esposa Meghan “no sería bienvenida”.
Markle ha lucido para el acto unos pendientes de perlas que le regaló la monarca poco después de casarse con el príncipe Harry en 2018 y que usó también en el único acto en solitario que celebró con la reina en junio de 2018.
La elección de las perlas no es casualidad, además de como homenaje a la reina, son consideradas “joyas de luto” en la monarquía británica desde el reinado de la reina Victoria y las más apropiadas para llevar en funerales y velatorios.
Durante la ceremonia, el príncipe Harry, se mostró bastante emotivo e incluso limpió algunas lágrimas de su rostro. Mientras que Meghan Markle permaneció atenta con un semblante sombrío.
Al finalizar el servicio, los Duques de Sussex caminaron al final de la familia real y mostraron sus respetos al ataúd de Isabel II con una reverencia. Por un lado, el príncipe Harry agachó ligeramente su cabeza mientras que Meghan realizó una reverencia profunda.