Se cumplen 28 años sin Cantinflas

Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, conocido como Mario Moreno y por su apodo Cantinflas, nació el 11 de agosto de 1911 y murió el 20 de abril de 1993 debido a cáncer de pulmón.

Fue el sexto de los catorce hijos del matrimonio formado por el cartero Pedro Moreno Esquivel y María de la Soledad Reyes Guízar, que formaban una familia muy humilde y sufridora, ya que de los catorce hijos solo ocho sobrevivieron al parto.

A pesar de la falta de recursos en la familia, los padres de Mario lo inscribieron en una buena escuela, aunque él siempre estuvo más interesado en seguir los pasos de los actores callejeros y, a medida que creció, intentó imitar a los actores. Cuando cumplió 15 años, sus padres lo enviaron a una escuela agrícola del gobierno, pero tras permanecer allí nueve meses huyó a la costa del Pacífico, donde se unió a las conocidas como carpas mexicanas ambulantes y comenzó su carrera como actor.

Antes se dedicó a diversos trabajos: ayudante de zapatero para después ser limpiabotas, cartero, químico, taxista, empleado de billar, boxeador y hasta torero. 

¿Cómo surgió el nombre de Cantinflas?

El ensayista mexicano Carlos Monsiváis afirmó que el nombre artístico surgió de la siguiente manera: 

“De acuerdo a una leyenda con la que él está de acuerdo, Mario Moreno, una vez en la carpa Ofelia olvidó su monólogo original. Comenzó a decir lo primero que le viene a la mente y lo que salió fue una brillante incoherencia”.

Después de eso, cuenta, alguien del público molesto por las frases sin sentido gritó: ¡Cuánto inflas! o ¡en la cantina inflas!, la contracción se crea y se convierte en la prueba del bautismo que el personaje necesita.

Estas son algunas de las frases más famosas de Cantinflas:

  • No que no, ¿chato?”
  • “Usted no se despreocupe…”
  • “El mundo deberí­a reí­rse más, pero después de haber comido”
  • “Todas las ideas son respetables aunque sean ideítas o ideotas”.
  •  “La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda es hacer feliz a los demás”.

Un día como hoy, pero hace 28 años, murió en la Ciudad de México Mario Moreno “Cantinflas”, una leyenda con 50 películas protagonizadas, en las cuales representaba papeles de personajes comunes, como de policía, barrendero, burócrata y hasta de bolero, siendo este último uno de sus más icónicos. 

Lo que no sabías:

La película El padrecito fue estrenada en 1964,  trata de un seminarista llamado Sebastián que llega para reemplazar a un sacerdote más adulto, Damián, pero que tiene problemas tanto con sus vecinos como con el mismo alcalde.

En su papel de sacerdote fue criticado por representar a un enviado de Dios como una persona muy diferente al ideal o estándar de estas personas, e incluso lo acusaron de burlarse de la fe y el sacerdocio, Mario Moreno había confesado que él solo intentó dar un mensaje positivo, constructivo, feliz y de humanidad, ideas que incluso fueron apoyados por seminaristas mexicanos. El tema llegó a oídos del Vaticano, pero en lugar de externar un disgusto hacia el filme, la Santa Sede mostró su beneplácito tanto a la película como al actor, acto que Cantiflas agradeció en una carta.

“El Barrendero” fué su última película y fue filmada en 1981. Haciendo el papel de Napoleón, un humilde barrendero que por ser bueno se mete en mil y un problemas, siempre buscando el bien de la comunidad.

cantinflas El Barrendero

Estuvo 32 años casado con Valentina Ivanova. Mario y Valentina se enamoraron cuando trabajaban en un teatro, formalizaron una relación de noviazgo y el 15 de diciembre de 1934 se casaron en una ceremonia sencilla pero inolvidable.

Una breve incursión en Hollywood, donde hizo dos películas, le bastó para ingresar al imaginario anglosajón. Una de las cintas, “La vuelta al mundo en 80 días”, le valió un Globo de Oro en 1957 como mejor actor de comedia.

El personaje de Cantinflas vestía un pantalón por debajo de la cadera, camisa blanca sobre la que caía un pedazo de trapo al que llamaba “gabardina”, un pequeño sombrero y un cigarro que llevaba a su rostro marcado por un bigotito ralo y la barba a medio crecer.

“Cantinflas, el llamado ‘peladito’, (es) el representante de un cierto sector popular que carece incluso de lo más elemental, por eso se le llamaba ‘el pelado’, el que no tiene nada o el que carece de todo o de casi todo”

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Existen 72 formas de conjugar el verbo “cantinflear”. Considerado el Charles Chaplin mexicano, Cantinflas inventó su propio estilo, el cantinflismo, una teoría vacía, incongruente y disparatada de interpretar el lenguaje, con mezclas de frases coloquiales y términos cultos mal empleados que la Real Academia Española (RAE) reconoció incluyendo en el diccionario de 1992 el verbo cantinflear y las palabras cantinflas y cantinflada, y, posteriormente, los adjetivos cantinflesco, cantinflero y acantinflado junto al sustantivo cantinfleo.

Cobró 15 mil pesos por la película “Ahí está el detalle”, su primer éxito. Considerada por la crítica como la mejor del comediante Mario Moreno ‘Cantinflas’. Su director basó la escena final de la película en acontecimientos reales de 1925.

Se calcula que su obra artística vale más de 100 millones de dólares. Cantinflas rodó mas de 39 películas para conseguir semejante cantidad.

Fumaba 3 cajetillas de cigarros diarias. El 20 de abril de 1993 murió por cáncer de pulmón adjudicado a su vicio.

cantinflas

Fue la estrella número 1,722 del Paseo de la Fama de Hollywood. Recibió dos nominaciones al premio Globo de Oro en la categoría de mejor actor y el reconocimiento a los logros de su vida por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

En 1928, a los 16 años se enlistó en el Ejército Mexicano. El 23 de mayo de ese mismo año, su padre envió una carta solicitando su baja, comprobando que su hijo tenía 16 años y no 21 como lo había señalado. Mario Moreno había falseado información para alistarse en el ejército.

Tenía un avión privado. Para cumplir con sus contratos, Mario Moreno se valió del avión para viajar por México y el extranjero, colocándose a la par de personajes como Ray Charles o Frank Sinatra, que también contaban con sus propios aviones privados y con los cuales viajaban por el continente.

Su número cabalístico era el 777. El número siete significa la perfección en lo relacionado con Dios. Casualmente también interpretó al personaje del patrullero 777, por algo sería.

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Dejó escrito para su epitafio “Parece que se ha ido, pero no es cierto” y así es, 28 años después de su muerte, su discurso absurdo y lleno de dobles sentidos continúa siendo en sus películas, en ocasiones cotidianas, el del sentido común y el de la crítica social de actualidad.