Thalía Becerra
Israel ha confirmado que llevó a cabo un ataque preciso en Doha, la capital de Qatar, cuyo objetivo eran los líderes de Hamás “directamente responsables de la brutal masacre del 7 de octubre”.
La operación militar, con al menos 15 aviones de combate y municiones de precisión, ha desatado una ola de condenas internacionales al llevarse a cabo en un momento clave para las negociaciones de alto al fuego.
Aunque no se ha confirmado el número de víctimas, medios árabes reportan que el ataque impactó un edificio residencial donde se encontraban varios miembros de la oficina política de Hamás.

Condena internacional y violación de la soberanía
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, a través de su portavoz Majed Al Ansari, condenó el ataque, calificándolo de una “flagrante violación” del derecho internacional y una “grave amenaza” para la seguridad de sus habitantes.
Asimismo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, subrayó que el incidente representa una “agresión a la soberanía y la integridad territorial de Qatar”, por lo que instó a trabajar por un alto al fuego permanente y no a destruirlo.
Por otro lado, Arabia Saudita e Irán también emitieron comunicados condenando las acciones de Israel.

Implicaciones del ataque y postura de Estados Unidos
El ataque de Israel en Qatar, un aliado clave de Estados Unidos, generó de inmediato dudas sobre el nivel de conocimiento e implicación de la administración Trump.
Un funcionario de la Casa Blanca confirmó que Estados Unidos fue “notificado” sobre la operación militar antes de que se produjera.
Sin embargo, la Oficina del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó en un comunicado que la acción fue “totalmente independiente” y que Israel “asume toda la responsabilidad”.
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