A menos de un mes de que concluya el 2021, las expectativas económicas para el país retrocedieron, principalmente en materia de PIB e inflación. De acuerdo con la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) la economía crecerá 5.4% en 2021, en su escenario central, por debajo del 6.3 por ciento que tenía anteriormente. Mientras que, para la inflación, al cierre de año se ubicará en un nivel de 6.8 por ciento, rango superior al previo de 5.7 por ciento.
De acuerdo con el Informe Trimestral de Inflación, la modificación en el crecimiento se explica porque en el tercer trimestre de 2021 la actividad económica se contrajo, lo cual reflejó una desaceleración del ritmo de recuperación de diversos sectores que se puede asociar al recrudecimiento de la pandemia durante el periodo y las continuas disrupciones en las cadenas globales de suministro.
También fue consecuencia de una fuerte reducción del gasto en los servicios de apoyo a los negocios por la transición a la nueva regulación en materia de subcontratación”.
Durante su última conferencia de prensa al frente del banco central, Alejandro Díaz de León detalló que los riesgos para la economía son un recrudecimiento de la pandemia que implique la adopción de nuevas medidas para contenerla o una recuperación menos vigorosa, y que se prolonguen los cuellos de botella a nivel global y los mayores costos de insumo.
También ve riesgos sobre mayores episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales y una recuperación del gasto en inversión menor a la esperada.
Para el 2022, el banco central mejoró su estimado de crecimiento, al pasar de un 3.0% a uno de 3.2%, el cual disminuiría hacia el 2023 con una perspectiva de 2.7 por ciento.
Para la inflación general, el Banxico prevé que se mantenga en sus niveles más altos de los últimos 20 años, y que continúe así hasta la segunda mitad del 2022.
Diaz de León recordó que si bien han considerado como transitorios los choques que han incidido en la inflación, el horizonte en el que podrían afectarla es incierto, pues ha impactado a un amplio tipo de productos, lo que ha aumentado los riesgos para la formación de precios.