Según nuestra edad va avanzando se necesitan menos horas de sueño y al envejecer se trata de una reacción casi fisiológica el despertar más temprano o por patologías como el insomnio o la apnea obstructiva del sueño.
La necesidad de sueño en un adulto es de ocho horas, aunque al envejecer el sueño es más superficial y se despierta más por la noche.
Sueño superficial
El sueño superficial consta de dos fases N1 y N2 que ocurren cuando inicia el sueño (al pasar de despiertos a dormidos) para después entrar al sueño profundo N3 que es el reparador.
Los adultos mayores tienen menos sueño nocturno, pero hacen más siestas por la mañana o por la tarde.
Patologías del sueño
También con la edad aumentan las patologías relacionadas con el sueño, siendo las dos más frecuentes el insomnio y la apnea obstructiva del sueño.
El insomnio es cuando una persona no es capaz de dormir, se despierta con frecuencia o demasiado temprano.
Mientras que la apnea del sueño son pausas respiratorias que se producen durante la noche e interrumpen el sueño, provocando que nos despertemos.
Los especialistas recomiendan que si llevas más de 25 minutos despierto es mejor salir de la cama y realizar una actividad que tranquilice la mente, estiramientos ligeros o ejercicios de respiración para liberar estrés.