Laura Ramírez
Ponle color a tus comidas.
La forma en la que percibimos un color u otro condiciona nuestra apreciación de, en este caso, los alimentos. Sin embargo, esta máxima es extensible a la mayoría de cosas.
Y es que no es lo mismo comernos la intensidad del rojo de un tomate, que los tonos oscuros de una berenjena. Con seguridad, este último nos resulta mucho más atractivo. Y es que los colores inciden en nuestra apreciación del sabor y, de esta manera, influyen en nuestro apetito.
Entonces, ¿qué tal si conocemos los colores que nos dan hambre y los que nos la quitan?
El color natural de los alimentos informa también sobre el contenido en vitaminas y minerales de los mismos.
Los alimentos de color rojo contienen: licopeno y antocianinas, entre otros componentes. Entre sus beneficios se encuentra la capacidad de mejorar la salud cardiovascular, tener poder antioxidanteymejorar la circulación. Es el caso del tomate, la sandía o la papaya.
El rojo es uno de los colores más intensos del espectro. De hecho, todo cobra más energía cuando es de color rojo. Este color eleva el ritmo respiratorio, aumenta la presión arterial y estimula nuestro apetito. Por eso mismo, es uno de los colores infaltables en los platos de los chefs más prestigiosos.
- Mejora la circulación
- Mejoran el funcionamiento del aparato urinario
- Ayudan a mejorar la memoria
- Fortalecen el sistema inmunológico
Los alimentos de color blanco son ricos en alicina, que es un compuesto al que se atribuyen propiedades antibióticas, ayuda a prevenir la hipertensión y mejora la circulación. Es el caso del ajo y la cebolla, por ejemplo. El blanco fortalece el sistema inmune, reduce el nivel de colesterol, ricos en fibra, reduce la presión arterial y reduce el riesgo de enfermedades cardiacas
Los alimentos de color naranja o amarillo son ricos en carotenoides(beta caroteno), luteína, zeaxantina, vitamina A, B y C. Entre otras cosas, mejoran la calidad de la piel, generan sensación de bienestar, combaten el envejecimiento prematuro, etc. Es el caso de la naranja, mandarina, la zanahoria o el durazno.
El amarillo constituye un captador de atención por excelencia. Este color suele asociarse con la luz solar o con las flores primaverales. Este hecho, entre otros, hace que el amarillo nos proporcione alegría y estimule nuestras ganas de comer.
El naranja es un color cálido que se asocia a los cítricos y, por consiguiente, a la vida sana. Suele tener una repercusión «activadora» del organismo. En este sentido, aumenta el suministro de oxígeno al cerebro, estimula la actividad mental y… nos da mucha hambre.
Amarillos y naranjas:
- Mejora la piel
- Mantiene en perfectas condiciones al sistema nervioso
- Previenen el cáncer de mama
- Ricos en vitamina B y C
Los alimentos de color verde son ricos en isoflavonas, luteína, y ácido fólico, entre otros. Ayudan a depurar el organismo, mejoran la salud ósea y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pimientos verdes, espinacas, lechuga, brócoli…El verde es el color de la naturaleza y es uno de los principales emblemas de la vida sana. Este hecho no es arbitrario y cuenta con una muy buena justificación: Los alimentos verdes son, en general, saludables. Por este motivo, el verde estimula nuestro apetito.
- Desintoxican y limpian el organismo
- Fuente importante de hierro
- Aportan un alto nivel de potasio
- Mantienen el buen funcionamiento de metabolismo
- Excelentes antioxidantes
Los alimentos de color violeta son ricos en antocianina y quercetina. Ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro, tienen propiedades diuréticas y antioxidantes. Algunos ejemplos son la berenjena o las uvas.
- Combate el envejecimiento
- Relaja el sistema nervioso
- Trata enfermedades como cistitis