Un pequeño sonríe al ser rescatado por los Cascos Blancos de Siria en la ciudad de Armanaz, después de dos días sepultado bajos los escombros por el terremoto de magnitud 7.8 que sacudió a Turquía y Siria.
Karam, niño rescatado, salió de entre los escombros, regalándole una sonrisa a los rescatistas de la Defensa Civil de Siria.
Una muestra más de la entrega y la pasión de todos los rescatistas que continúan trabajado en la zona de desastre, después del sismo.