Dr Joseph Mercola.
Hace poco, una revisión bibliográfica encontró que comer 18 gramos de cualquier tipo de hongo podría ayudar a reducir hasta un 45 % el riesgo de cáncer. Los hongos no son: ni plantas ni animales Son cuerpos fructíferos en forma de paraguas que por lo general crecen sobre el suelo.
Los hongos producen millones de esporas microscópicas que las esparcen los animales o el viento. Una vez que las esporas germinan en la madera o el suelo, envían una red de hilos de enraizamiento llamada micelio que pueden subsistir durante muchos años. El micelio digiere los nutrientes que lo rodean y luego los absorbe.
Los científicos creen que aún hay muchas especies de hongos sin identificar, y señalan que se desconoce el número exacto, pero en 2015 se catalogó un estimado mínimo de 45 000 especies y un máximo de 1.5 a 5.1 millones aún por descubrir y nombrar. Según un artículo de American Society for Microbiology, hasta 2017 se habían identificado 120 000 especies y según los investigadores esta cifra podría representar del 3 % al 8 % de la población total de hongos.
En el antiguo Egipto, se pensaba que los hongos incrementaban la esperanza de vida y durante siglos han formado parte de la medicina tradicional china. El médico griego Hipócrates utilizaba el hongo Amadou para cauterizar heridas y como antiinflamatorio. Las primeras personas que poblaron Norteamérica utilizaron los hongos puffball o pedo de lobo para curar heridas.
A pesar de su largo historial de uso medicinal, la medicina occidental apenas comenzó a estudiar los beneficios que ofrecen. Los investigadores desarrollaron métodos para probar los componentes de forma individual y descubrieron que “los hongos son pequeñas fábricas medicinales de la naturaleza, ricos en una amplia gama de componentes novedosos que requieren de más investigaciones”.
Comer dos hongos al día podría reducir su riesgo de cáncer
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania realizaron una revisión bibliográfica y un metanálisis cuyo objetivo era evaluar la relación entre el riesgo de cualquier tipo de cáncer y el consumo de hongos. Extrajeron datos que se recopilaron desde el 1 de enero de 1966 hasta el 31 de octubre de 2020 y encontraron que 17 de los 841 estudios identificados cumplían con los criterios de inclusión.
El análisis de los datos de más de 19 500 pacientes con cáncer reveló que las personas que consumían más hongos también tenían el menor riesgo de cualquier tipo de cáncer. Es importante señalar que los resultados de los estudios variaron mucho.
De forma curiosa, los científicos encontraron una relación específica entre consumir muchos hongos y un menor riesgo de cáncer de mama , lo que según ellos puede deberse “a la pequeña cantidad de estudios que examinaron la relación entre el consumo de hongos y otros tipos de cáncer específicos del sitio”.
Los científicos también informaron en un comunicado de prensa que aquellos que consumían 18 gramos de hongos o alrededor de un octavo a un cuarto de taza, tenían un riesgo 45 % menor de cáncer. John Richie, autor e investigador del Penn State Cancer Institute, comentó los resultados:
“En general, estos hallazgos proporcionan evidencia importante sobre los efectos protectores de los hongos contra el cáncer, aunque se necesitan más estudios para identificar mejor los mecanismos involucrados y los tipos de cáncer específicos que pueden verse afectados”.
Hongos Shiitake
Los hongos shiitake son muy populares y versátiles, ya que pueden utilizarse como ingrediente de muchos platillos diferentes. Tienen un rico sabor mantecoso, que se vuelve ahumado cuando los hongos se secan. Y a pesar de que casi el 90 % de su contenido es agua, también son ricos en vitaminas, minerales y otros compuestos que producen muchos beneficios.
Los hongos tienen un mayor valor nutricional cuando se secan, ya que, en este estado, sus nutrientes están más concentrados. Uno de esos nutrientes son los lentinanos, polisacáridos activos que parecen mejorar la función de las células T y estimular el interferón, la interleucina y las células asesinas normales.
En 2014, un estudio reveló que los hongos shiitake secos y enteros podrían mejorar función inmunológica humana. Los investigadores involucraron a 52 adultos sanos que comieron hasta 10 gramos de hongos al día durante cuatro semanas.
Los hongos combaten el deterioro cognitivo
Incluir hongos en su alimentación diaria también podría ayudarlo a mantenr una función cognitiva saludable. Una investigación que se publicó en Journal of Alzheimer’s Disease descubrió que los adultos que comían de forma regular dos porciones o más de hongos a la semana tenían una probabilidad 43 % menor de desarrollar deterioro congnitivo leve. En definitiva, los investigadores creen que la razón por la que los participantes que consumieron dos porciones de hongos a la semana tuvieron un menor deterioro cognitivo se debió a la ergotioneína, que se