Un informe de la Junta de Investigación Marina (MBI) de la Guardia Costera de Estados Unidos concluyó que la implosión del sumergible Titán en junio de 2023, que cobró la vida de cinco personas, fue una tragedia “prevenible”.
El documento, publicado este martes, señala que el accidente fue resultado de un proceso “inadecuado” de diseño, certificación, mantenimiento e inspección de la empresa OceanGate.
Fallos críticos en la seguridad del Titán
El informe de la MBI, que duró dos años, identificó fallos clave que contribuyeron a la catástrofe. Según un comunicado de la Guardia Costera, el principal factor fue el “proceso inadecuado de diseño, certificación, mantenimiento e inspección de OceanGate para el Titán”. Esto confirma que la empresa operaba fuera de las normas de seguridad establecidas, exponiendo a los pasajeros a un riesgo fatal.
Jason Neubauer, presidente de la MBI, declaró que la investigación ha proporcionado “valiosas lecciones para prevenir que vuelva a ocurrir“. Neubauer hizo un llamado a una “supervisión más estricta” y a la creación de “opciones claras para los operadores que exploran nuevos conceptos fuera del marco regulatorio vigente”. El informe subraya la necesidad de establecer regulaciones más estrictas para las embarcaciones que se dedican a la exploración en aguas profundas.
Víctimas e impacto de la tragedia
El trágico incidente del Titán costó la vida a Stockton Rush, fundador de OceanGate; el empresario Shahzada Dawood y su hijo de 19 años, Suleman Dawood; el empresario Hamish Harding; y el buzo francés Paul-Henri Nargeolet.
La implosión del sumergible no solo conmovió al mundo por la dramática búsqueda y posterior desenlace, también desató un debate global sobre la ética y la seguridad en el turismo extremo, así como la falta de regulaciones en este tipo de expediciones.
El Titán busca explorar los restos del Titanic, una de las mayores catástrofes marítimas del siglo XX.
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