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El huitlacoche, también llamado “dios negro de la cocina mexicana” o “trufa mexicana”, es un hongo comestible que aparece en las mazorcas de maíz y prolifera en la temporada de lluvias. Su aprovechamiento puede entenderse como parte del uso integral de la milpa por parte de campesinas y campesinos.
Para hablar sobre el “cuitlacoche” o “huitlacoche”, hay que decir que ambas son formas correctas de referirse a este hongo, pero mientras que la primera hace referencia a un origen prehispánico la otra sólo hace referencia al hongo comestible. El origen etimológico prehispánico sólo se encuentra en la palabra cuitlacoche: proviene del náhuatl cuítlatl y significa “excremento”, y cochi hace referencia al sueño.
El cuitlacoche hace alusión al excremento de los dioses prehispánicos, siendo muy apreciado y vinculado a la mejora de la calidad de la siembra. A pesar de que hoy en día se ha investigado bastante sobre este hongo comestible, no se tienen documentos que hablen sobre el origen exacto de las primeras ingestas del huitlacoche.
Es un hecho que el cuitlacoche lleva existiendo miles de años en los campos mexicanos, pero no es posible asegurar que esto fuera alimento de reyes, ni ofrenda de dioses en la época prehispánica, sino más bien una maldición, anormalidad en la cosecha y era una plaga poco deseada. Esta parece ser la idea más común, que en tiempos prehispánicos este hongo haya sido visto como una anormalidad del maíz, un producto indeseable y molesto, porque significaba la pérdida de la mazorca. Entre los mayas, al sur del país, por ejemplo, se pensaba que era una plaga provocada por la acción divina ligada a la lluvia.
¿Qué nutrimentos y beneficios aporta?
Además de tener un sabor exquisito, el huitlacoche es rico en aminoácidos esenciales, principalmente lisina, ácidos grasos esenciales (oleico y linoleico, fuentes de omega 3 y omega 6, respectivamente) y fibra.
Contiene fósforo, vitamina C y antioxidantes.
Por su contenido de lisina, ayuda a la absorción adecuada de calcio, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a la formación de colágeno.
¿Cómo se consume?
Una de las ventajas del huitlacoche es que puede utilizarse en diversas preparaciones, ya sea como relleno para quesadillas, tlacoyos, gorditas y demás antojitos, o en sopas, cremas y guisados.
Si se consume en antojitos, se recomienda que se elaboren al comal para evitar grasas innecesarias y disfrutar de sus ventajas nutricionales.
El aroma a tierra del huitlacoche es maravilloso. Tiene un sabor entre trufas negras y champiñones shiitake, pero más intenso y ahumado. Cuando el huitlacoche se acompaña de maíz en forma de tortilla se produce la magia, el matrimonio perfecto entre lo “sano” y lo “enfermo” en un plato simple. Este “gusto adquirido” a sido tal, que la comida francesa en México lo ha vuelto un platillo a nivel internacional con sus “crepas de cuitlacoche“.