La autopista Puebla-Orizaba, un corredor vial vital para el transporte de mercancías en México, se ha convertido en un epicentro de la delincuencia organizada. Recientes eventos, como el audaz asalto a un camión cargado con mangos captado por una cámara de seguridad, y ahora, la crucial detención de un individuo que operaba con una falsa patrulla de la Guardia Nacional, no solo han conmocionado a la opinión pública, sino que también revelan la alarmante sofisticación de los grupos criminales.
Ambos incidentes, entrelazados por la misma problemática de inseguridad en la ruta, exponen la persistente impunidad y la urgente necesidad de reforzar la vigilancia en esta vía clave.
La detención: La lucha contra los falsos retenes
En un operativo llevado a cabo la noche del jueves, elementos de la Guardia Nacional lograron un importante aseguramiento en la autopista Puebla-Orizaba, a la altura de Amozoc. Los oficiales interceptaron un automóvil Jetta Volkswagen de color blanco, que, además de contar con reporte de robo, era utilizado para simular retenes y asaltar vehículos de carga.
El conductor del Jetta, un hombre armado con una pistola de alto calibre, se hacía pasar por policía o agente ministerial. Aunque su identidad no trascendió de inmediato, se le aseguró y quedó a disposición de las autoridades, preliminarmente por posesión ilegal de arma de fuego. De manera extraoficial, se sabe que este individuo no operaba solo; formaba parte de una banda de al menos dos hombres más dedicados a montar estos “retenes fake”, aunque al momento de su captura se encontraba sin acompañantes.
El vehículo incautado presentaba características que lo hacían parecer una unidad oficial: placas sobrepuestas, luces estroboscópicas y acústicas similares a las sirenas policiales, y un módulo de sonido para vehículos de emergencia. Estos elementos confirman la sofisticación de la banda para engañar a los transportistas.

La sofisticación de la delincuencia organizada
La táctica de los falsos retenes, ilustrada por esta detención, es una de las más peligrosas y efectivas utilizadas por los asaltantes de carga. Al disfrazarse de autoridades, los criminales logran que los conductores detengan sus unidades voluntariamente, cayendo en una trampa de la que es sumamente difícil escapar. El uso de vehículos clonados, equipados con apariencia de patrulla, es una prueba de la audacia y la inversión que hacen estas organizaciones criminales.
Reportes periodísticos recientes han documentado varios incidentes que ilustran este modus operandi:
- Intentos de asalto con balazos: A principios de mayo, se reportó un intento de asalto en el que una “patrulla” intentó detener un tráiler. Al no lograr su objetivo, los delincuentes abrieron fuego contra la unidad, demostrando su nivel de violencia.
- Secuestros de traileros: Un video que se volvió viral a principios de mayo mostró cómo una patrulla falsa de la Guardia Nacional detuvo y secuestró a un trailero en este mismo corredor, obligándolo a desviarse para robar la unidad y su valiosa carga.
- Reincidencia de la táctica: Las denuncias de la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas (AMOTAC) y otros gremios señalan que estos “falsos retenes” son una constante en la autopista, lo que sugiere la operación de bandas bien organizadas y con amplio conocimiento de la ruta y los horarios de tránsito de carga.
La capacidad de los delincuentes para adquirir y equipar estos vehículos, junto con su coordinación para llevar a cabo los asaltos, sugiere una estructura criminal compleja. Existe la preocupación de que incluso puedan involucrar a exmiembros de corporaciones de seguridad con conocimiento de los protocolos operativos, lo que agravaría aún más la situación.
La autopista Puebla-Orizaba
La detención de este asaltante se inserta en un panorama de inseguridad crítica que aqueja a la autopista Puebla-Orizaba. Este tramo, particularmente las Cumbres de Maltrata en la zona de Veracruz, es identificado por las autoridades y los propios transportistas como uno de los puntos más peligrosos del país para el transporte de carga. La geografía montañosa y sinuosa, con túneles y curvas cerradas, facilita las emboscadas y complica la respuesta oportuna de las fuerzas de seguridad.
Los robos de camiones se han vuelto una rutina casi diaria. La delincuencia no se limita al robo de mercancías; también se apoderan de dinero, celulares y pertenencias personales de los choferes, quienes en muchos casos son agredidos con violencia extrema. Esta situación ha llevado a los transportistas a exigir mayor presencia de la Guardia Nacional, operativos más efectivos y la implementación de tecnologías de vigilancia que realmente disuadan a los criminales.

Más allá de la mercancía robada…
La inseguridad en las carreteras tiene repercusiones que van mucho más allá del valor de la mercancía sustraída. Desde el punto de vista económico, genera pérdidas millonarias para las empresas transportistas y los productores. Estos costos, a menudo, se ven reflejados en el precio final de los productos, afectando directamente el bolsillo de los consumidores. Además, esta constante amenaza desalienta la inversión y el desarrollo económico en las regiones conectadas por estas vías vitales.
Socialmente, la situación provoca un ambiente de miedo y desconfianza. Los choferes, pilares fundamentales en la cadena de suministro, trabajan bajo condiciones de estrés y riesgo constantes, lo que afecta profundamente su calidad de vida y la de sus familias. La percepción de impunidad, lamentablemente, también erosiona la confianza en las instituciones de seguridad y justicia, debilitando el tejido social.
Una lucha constante
La reciente detención del asaltante con falsa patrulla en la autopista Puebla-Orizaba, que se suma a la evidencia de robos como el del camión de mangos, es un claro recordatorio de la crítica realidad que enfrentan los transportistas en México. Aunque cada arresto es un paso positivo, la persistencia de estos crímenes subraya que la lucha contra la delincuencia organizada en las carreteras es una tarea continua que exige una estrategia integral y sostenida.
Es imperativo que se refuercen los operativos de vigilancia, se implementen tecnologías de monitoreo avanzadas y se establezcan mecanismos más eficientes para la denuncia y la detención de los responsables. La colaboración efectiva entre los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), las diversas corporaciones de seguridad y las fiscalías es fundamental para desmantelar las bandas criminales y llevar a los culpables ante la justicia.
La protección del transporte de carga no es solo una cuestión de orden público, sino una inversión directa en la seguridad y el desarrollo de todo el país. Solo así se podrá recuperar la tranquilidad en esta vital arteria vial y mitigar el impacto devastador de la delincuencia en la economía y la sociedad mexicana.
Noticias Puebla Guardia Nacional refuerza seguridad de la autopista México-Puebla para reducir asaltos