Rocío González
La consigna del acumulador compulsivo es rodearse de objetos inútiles.
Por eso no desarrollan un criterio para decidir qué guardar y qué botar y lleva a problemas serios de salud y convivencia.
Es, además, un claro síntoma de que algo no anda bien con una persona.
“La juventud debe acumular; la vejez, usar.”
¡El miedo a perder va en contra de la naturaleza misma!
GUARDO PORQUE DESPUÉS SE PUEDE NECESITAR.
“La acumulación viene después de una pérdida”.
Se estima que al menos un 4 por ciento de la población presenta síntomas de este desorden, lo que equivale a más o menos unos 300 millones de personas en el mundo.
¿Por qué algunas personas atiborran su entorno de objetos insignificantes, al punto en que empobrecen su calidad de vida y ponen en riesgo su salud?
- *Del tamaño del acumulador… es el tamaño del sufrimiento de lo que ahora acumula.
EL ORIGEN DE LOS ACUMULADORES COMPULSIVOS
Para Freud, la acumulación excesiva corresponde a la manifestación de un “carácter anal retentivo”. Este tipo de carácter se estructura en los primeros años de vida, en la fase de control de esfínteres.
Eric Ericsson habla de la 2ª etapa de desarrollo: AUTONOMÍA/VERGÜENZA.
El niño establece un cierto control sobre sus padres, a partir de la forma como maneja la visita al baño. En su mente infantil, las heces son un regalo que da o retiene, de acuerdo al tipo de vínculo que haya establecido con sus progenitores.
El retener es un rasgo que puede quedar fijado a la personalidad en esta etapa. De una u otra manera, expresa un impulso agresivo contra sus padres, que queda reprimido, pero luego se manifiesta a través de la acumulación, o de la avaricia. Ejem: De niño lo que más quería era un coche y coleccionó coches.
Otros enfoques indican que la acumulación compulsiva es un comportamiento defensivo, frente a amenazas imaginarias (guardo alimento porque carecí de alimento).
El acumulador parte de la idea de que no debe tirar un objeto porque más adelante podría hacerle falta.
- – No puedo tomar decisiones presentes y lo dejo para después.
Nadie entiende cómo es que un pedazo de papel roto y sin importancia pueda llegar a hacerle falta a alguien, pero el acumulador piensa que “nunca se sabe”.
En realidad, está disfrazando un fuerte sentimiento de inseguridad frente a los cambios, es decir, me faltaron juguetes, pan, libros y de adulto acumulo o reparo ó colecciono eso mismo.
También se da el caso de quien acumula en respuesta a un trauma, quizás pasó por una situación en la que quedó completamente desposeído y permite que se enquiste el miedo a volver a pasar por lo mismo.
Así mismo, hay quien guarda recuerdos como una especie de evidencia. Esto obedece a que cargan con una culpa inconsciente y quieren dar testimonio a su favor. En este caso, la acumulación opera como una necesidad inconsciente de esgrimir pruebas.
Si acumulo, soy introvertido, no digo, no comparto, la gente no se me acerca porque no doy nada, no entrego nada y sustituyo a las personas con objetos.
El acumulador compulsivo muchas veces también es un comprador compulsivo. No puede ver nada en oferta porque inmediatamente siente que tiene que adquirirlo, simplemente porque está más barato. No importa si es algo que necesita o no.
Las personas que tienen dificultades para deshacerse de los objetos que no necesitan, experimentan ese despojo como una auténtica pérdida. Llegan a sufrir un verdadero duelo si tienen que separarse de las cosas que conforman su mundo.
EJERCICIO:
- – ¿Te cuesta tirar objetos viejos a la basura? Que no utilizo… me lo regaló fulana…
- – ¿Para qué lo guardo?
- – ¿Creo que tal cosa puede volver a funcionar?
- – ¿Guardo recuerdos? Tickets, recuerdos de bautizo, 15 años, etc.