Todos tenemos un color favorito al vestir y hay algunos que nunca los usamos pero, ¿tienes idea de cómo te ven los demás cuando vestimos un color u otro? Porque a nadie le cabe duda que las primeras impresiones importan y que en este sentido la ropa que llevamos tiene mucho que decir al respecto; pero, ¿qué aportan los colores a esos primeras percepciones cuando conocemos a alguien?
- Si tu color favorito es el rojo, se te considera una persona con mucha energía, activa y muy alegre. Seguro llamarás la atención cuando entres a algún lugar. El 54% de las mujeres están dispuestas a vestir el color de la pasión ya que, según dice, les ofrece seguridad y con él se sienten más sexy. Así lo confirma el 56% de los hombres, que se sienten atraídos por una mujer vestida de rojo.
- “El que de amarillo se viste, en su belleza confía”, este dicho popular es muy comentado a las personas que eligen este color, ya que no cualquiera se viste de amarillo. Si te animas a utilizarlo, probablemente seas una persona, muy segura, alegre, activa, entusiasta y feliz.
- Si eres una persona que tienes dentro de tu guardarropa mucho verde, seguramente eres una persona cariñosa, amable y que al estar a tu lado transmites mucha paz, ya que el buen humor te caracteriza.
- Si te gusta el color café, es posible la gente te perciba como una persona confiable, fuerte, estable, resistente a cualquier cosa y en una constante búsqueda de paz.
- Si el blanco predomina en tu guardarropa, seguramente eres una persona que le gusta la perfección, eres optimista y disfrutas de la libertad. En el mundo occidental el color blanco es sinónimo de pureza, inocencia y sencillez. Es un color que derrocha elegancia y que está relacionado con la espiritualidad, la paz interior, el equilibrio emocional y la claridad de pensamiento. De ahí, que a menudo sea el color preferido de las personas abiertas de mente, que les gusta disfrutar de su entorno y sentirse parte de lo que les rodea. El blanco también es el color de elección entre las personas joviales, de espíritu joven y dinámico, ya que al ser sinónimo de inocencia suele relacionarse con la infancia y la frescura.
- En cambio, si prefieres el gris, te defines como una persona que evitas llamar la atención, eres tranquilo y calculador.
- Elegir el color negro como básico de armario denota a una persona conservadora, segura de sí misma, independiente y con un gran poder de autocontrol. Revela a alguien que prefiere pasar desapercibido, mantener la distancia con su entorno y que quiere ser notado por sus cualidades antes que por su presencia. A veces, al color negro se le confiere cierto aire de misterio, de manera que es también la elección de quienes prefieren mantener sus emociones y vulnerabilidades guardadas. El negro indica que eres una persona seria, decidida, que le gusta el poder; pero, cuidado, también eres fácilmente irritable.
- Por detrás del negro se sitúa el que muchas veces es su sustituto: el azul, idóneo también para una entrevista de trabajo, una cita formal o cualquier momento en el que queramos que nos perciban como una persona fiable y seria. El azul nos habla de que eres una persona serena, tranquila, de buenos modales y digno de confianza.
- Si del rosa se trata, serás visto como una persona amable, optimista y tranquila. Recuerda que es un color que tanto niños como niñas lucen muy bien.
- En la antigüedad, el morado solo lo podía vestir la gente de la clase alta; era sinónimo de riqueza y lujo. En la actualidad, las personas que visten este color son percibidas como soñadoras, sensibles e impredecibles.
- Si de anaranjado vistes, probablemente eres una persona que le gustan los cambios. Te defines por ser alegre, divertida y optimista.
- Independientemente de cuál sea nuestro color favorito, es importante tener en cuenta la ocasión para la que nos vamos a vestir, porque no siempre podemos ir vestidos de colores llamativos a ciertos lugares o en ciertas circunstancias. Recuerda que la ropa no te define como persona, únicamente es un artículo de primera necesidad.
¿Qué colores nos calman?
Sin duda, “el azul y el blanco son colores que calman nuestros sentidos y tranquilizan nuestra mente, pero no son los únicos. El beige, el verde y las tonalidades del violeta también nos transmiten una gran paz interior y nos inducen a relajarnos con más facilidad”, comentan los expertos.
Estar expuestos a estos colores en nuestro día a día mejora nuestro bienestar emocional, a la vez que nos ayuda a focalizar mejor la atención, a concentrarnos con más facilidad y pensar con mayor claridad. Por tanto, la próxima vez que necesites una dosis de tranquilidad, no dudes en adentrarte en la naturaleza para tomar un baño de color o elegir un atuendo que te permita llevar estos colores contigo durante toda la jornada.