Los seis empleados del bar Black Royce, presuntamente implicados en la muerte del empresario Iñigo Arenas, permanecerán en prisión preventiva justificada, medida que impuso un juez de control.
Permanecerán en el penal de Barrientos, en el Estado de México, y será el próximo martes cuando se determine si son vinculados a proceso por lo ocurrido la madrugada del 6 de agosto en el bar ubicado en Naucalpan.
La Fiscalía del Estado de México informó el jueves que la causa de la muerte del empresario fue asfixia mecánica por sofocación inducida, por “oclusión de las vías respiratoria…con presencia de alcohol y sustancias químicas controladas”.
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