Gabriela García
El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dedicó la misa dominical en la Basílica Catedral del estado a los 48 sacerdotes que perdieron la vida en el último año por la pandemia de Covid-19.
Asimismo, el líder de la grey católica reconoció la labor misionera y educativa que tuvieron el sacerdote Gustavo Rodríguez Zárate y María Elena Torreblanca Trujillo.
Acerca del primero, señaló que toda su vida sacerdotal trabajó a favor de los jóvenes, los pobres, los pueblos indígenas y los migrantes. Agregó que su parroquia nunca fue suficiente para todas las personas que venían desde Centroamérica a buscarlo.
“La casita parroquial y los salones parroquiales, sino le eran suficientes, abría el templo, y en el templo vivían y dormían los hermanos migrantes. A ese trabajo se han unido varias parroquias de la zona, como la de Nuestra Señora de los Desamparados, Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, San Felipe Hueyotlipan y La Asunción. Hoy son 9 días de su fallecimiento y lo recuerdo en mi oración con mucho cariño, porque siempre me acompaño sobre todo por la sierra y la mixteca”, comentó.
Sobre la madre, María Elena Torreblanca, indicó que a través de su cargo como directora del Colegio Esparza fue formadora de muchas generaciones de poblanos.
Por último, monseñor precisó que estas pérdidas han representado un quebranto importante para la iglesia católica. Reiteró la importancia del respeto a la vida, cuidando la salud de todos ante la emergencia sanitaria, la cual dijo todavía representa riesgo de contagio, a pesar de que algunos sectores de la población ya han sido vacunados.