Gabriela García Muñoz
Decenas de poblanos y turistas acudieron a visitar durante todo este miércoles la Cripta de los Obispos, que se ubica justo debajo del altar mayor de la Catedral Basílica del estado.
Este espacio abre sus puertas al público solo una vez cada año, en el Día de los Fieles Difuntos.
De acuerdo con la Arquidiócesis de Puebla, al ingresar a este lugar, las personas pueden ganar indulgencias siempre y cuando cumplan con los requisitos de rezar tres padres nuestros, tres avemarías y hacer una oración por las intenciones del papa Francisco.
Entre los obispos sepultados en este lugar se encuentran: Fray Julián Garcés, primer obispo de Puebla (1527-1542), Don Salvador Bienpica y Sotomayor (1790-1802), y los Arzobispos Don Pedro Vera y Zuria (1924-1944) y los hermanos Don José Ignacio (1945-1950), y Don Octaviano Márquez y Toriz (1951-1975) y los restos mortales de Mons. Rosendo Huesca Pacheco, octavo Arzobispo de Puebla.